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Vuelta a España

Pellizzari conquista El Morredero en una etapa decisiva de La Vuelta

El joven italiano se impuso en la cima berciana tras un pulso vibrante con los favoritos, en una jornada sin protestas que afectaran a la carrera pero con constantes mensajes visibles contra los ataques de Israel en Palestina

La 17ª etapa de la Vuelta Ciclista a España volvió a situar al Alto de El Morredero (Ponferrada) en el centro de la competición. Desde su salida en O Barco de Valdeorras (Ourense), el pelotón afrontó un recorrido marcado por la dureza de la montaña y un final inédito: 8,8 kilómetros de ascensión con una pendiente media del 9,7% que terminó por decidir el triunfo. El lugar ya había vivido gestas en 1997, con la victoria de Roberto Heras, y en 2006, con el triunfo de Alejandro Valverde, que también se había impuesto allí en la Vuelta a Castilla y León.

Una jornada viva desde el inicio

La etapa comenzó neutralizada en los 4,7 kilómetros iniciales y pronto se animó con los primeros intentos de fuga, protagonizados por corredores como Pedersen, Kwiatkowski y Joel Nicolau. A la altura del kilómetro 109, un grupo de doce ciclistas logró establecer la escapada, con Harold Tejada, Sergio Samitier y Antonio Tiberi entre ellos. El pelotón, liderado por el Visma de Jonas Vingegaard, mantuvo las distancias bajo control.

El Puerto de las Traviesas, de tercera categoría, abrió la montaña del día a 75 kilómetros de meta, y Nicolau pasó primero por su cima. La fuga, en la que se mantuvieron también españoles como Samitier, fue neutralizada poco después de que el sprint intermedio de Ponferrada (km 17 a meta) cayera del lado del belga Luca Van Boven.

La batalla final en El Morredero

El grupo de favoritos afrontó el tramo decisivo en los 8,8 kilómetros de la ascensión berciana. Con rampas explosivas y viento incómodo, el ritmo lo marcaron los hombres del Visma, con Ben Tulett imponiendo un desgaste que dejó atrás a corredores como Felix Gall y Jay Vine. A 7 kilómetros de meta, Vingegaard, Sepp Kuss, Jai Hindley, Giulio Pellizzari, Tom Pidcock y Matthew Riccitello se mantenían en cabeza, mientras Joao Almeida cedía metros.

 

 

En los últimos cinco kilómetros, Pellizzari y Hindley se alternaron en los movimientos tácticos. Riccitello, rival directo del italiano por el maillot blanco, intentó sorprender, pero Hindley se encargó de frenarle. Fue entonces cuando Pellizzari lanzó su ataque definitivo a falta de tres kilómetros, abriendo un hueco que resultó inalcanzable para sus perseguidores. El joven italiano, convertido ya en una de las revelaciones de la Vuelta, cruzó en solitario la línea de meta en un paisaje marcado por la devastación de los incendios forestales.

 

Una etapa con reivindicaciones visibles

La jornada se disputó sin incidentes que interfirieran en la carrera, a pesar de que durante todo el recorrido fueron visibles pancartas y mensajes de protesta contra los ataques de Israel en Palestina. Ninguna de esas manifestaciones derivó en bloqueos ni afectó al desarrollo deportivo.

Con la victoria de Pellizzari en El Morredero, la clasificación general mantiene a Jonas Vingegaard en lo más alto, con Joao Almeida intentando no perder pie en la lucha por el maillot rojo. La montaña berciana, una vez más, volvió a dictar sentencia en la Vuelta a España.


El ganador
En mayo de 2024, Tadej Pogacar arrasaba en el Giro de Italia con seis etapas ganadas y la clasificación general. En una de esas jornadas privó de la victoria al joven Giulio Pellizzari, entonces en el Bardiani, a quien incluso le pidió disculpas y obsequió con sus gafas rosas. “Es algo que no me esperaba y que además demuestra la gran persona que es más allá del gran corredor. Digamos que es un ídolo para mí, entonces ahora correr a su lado es algo emocionante”, declaró el italiano, que ya entonces dejó ver sus cualidades como escalador. Su progresión lo llevó al Red Bull Bora, donde en su primera temporada ha logrado estrenar su palmarés con un triunfo en una de las cimas más duras de la Vuelta.
Pellizzari, que ya había firmado un meritorio sexto lugar en el Giro de este año, se confirma en La Vuelta como una de las grandes promesas del pelotón, ocupando el quinto puesto de la general y vistiendo el maillot blanco de mejor joven. Tras su victoria, explicó su estrategia: “La primera parte del puerto tenía las rampas más duras, por lo que no era lo mejor para mí, y después suavizaba. Fue en ese momento cuando mi director me dijo que lo probase. En el primer intento pudieron atraparme, pero tras el segundo me pude ir en solitario”. Con apenas 21 años, el italiano ya apunta a ser un escalador de largo recorrido.