Fallece Fernando Lázaro, maestro del periodismo y voz incansable contra el terrorismo

Fernando Lázaro, redactor jefe de El Mundo y uno de los más influyentes periodistas españoles en materia de seguridad, terrorismo y defensa, ha fallecido este sábado a los 59 años. Su muerte pone fin a una lucha valiente y sin descanso contra el cáncer, una enfermedad que le acompañó durante más de veinte años pero nunca logró doblegar su espíritu ni silenciar su voz.
Era habitual escucharle en Es la Mañana de Federico o La noche de Dieter, pero su influencia iba mucho más allá: también fue analista en RNE, TVE y Telemadrid. Lázaro no solo fue un comunicador brillante, sino también un cronista de la historia reciente de España, con exclusivas que marcaron el rumbo informativo del país.
El cronista que nunca dejó de informar
Fernando comenzó su carrera en Diario 16, pero fue en El Mundo —diario del que fue fundador— donde desplegó su mejor trabajo. Desde la redacción, y más tarde desde casa por sus problemas de salud, jamás dejó de perseguir la noticia. “La info me da vida. Mi mejor medicina, noticias”, escribió cuando apenas podía levantarse de la cama.
Fue autor de algunas de las exclusivas más impactantes de los últimos tiempos: desde el chivatazo policial a ETA en tiempos del Gobierno Zapatero, hasta la estremecedora imagen de los ataúdes en el Palacio de Hielo durante la pandemia. Sobre estas investigaciones, sus compañeros aseguran: “Ya las firmó un Fernando Lázaro gravemente enfermo. Son un ejemplo profesional, pero son un ejemplo superior de vida”.
El periodista con mochila y alma de pueblo
Lázaro era “muy de La Rioja y muy de redacción”. Su puesto solía estar ocupado incluso antes de que llegaran sus compañeros, y su ausencia desde marzo dejó un vacío físico, pero no emocional. “Fernando, si la gente me pregunta, ¿qué les digo?”, le escribió su amigo Luis Fernando. “Lo que hay. Sin miedo. La médula no funciona”, fue su respuesta serena, realista y sin dramatismos.
En su último mensaje a la redacción, enviado hace apenas una semana, escribió: “Os echo de menos”. Fue su despedida sin saber que lo era.
Una salud de hierro forjada en la lucha
El cáncer apareció en su vida en 1998 con un diagnóstico de linfoma. Desde entonces, Lázaro enfrentó cinco tratamientos experimentales, quimioterapia, un trasplante de médula, una operación torácica para extirparle un timoma y un cáncer de colon, además de recaídas constantes. “Un pequeño resumen de mi delicada salud de hierro”, decía con humor.
Su resistencia era admirada. Ni siquiera los peores momentos de salud le apartaron del periodismo: “Hoy Iglesias, mañana gobierno y el finde mossos. Lo de la infiltrada lo preparo también para el finde?”, preguntaba, sin fuerzas para sacar el coche, pero con la mochila lista junto a la puerta.
Un legado de integridad y compromiso
Fernando Lázaro recibió los premios Bravo, Dignidad y Justicia, Jiménez-Becerril, Fundación Víctimas del Terrorismo y Voces contra el Terrorismo, entre otros. Pero lo más valioso que dejó fue su ejemplo de honestidad. “Lo que digas, bien dicho está”, respondió una vez a un compañero que iba a citarle en un acto contra el cáncer.
Siempre defendió los valores que compartía con el Grupo Libertad Digital: la libertad, España y la verdad. Fue un luchador contra el terrorismo, contra sus pactos desde el poder y contra las cloacas del Estado.
Un periodista bueno y un hombre aún mejor
“Genuinamente bueno, honrado y decente”, así lo definen quienes le conocieron. Fernando Lázaro fue, por encima de todo, un periodista que dignificó su profesión, y un ser humano que enseñó, con su ejemplo, a vivir sin miedo, con pasión y con verdad.
Su silla en la redacción de El Mundo puede estar vacía, pero su legado no. Fernando se va con la mochila puesta y las ideas claras, como siempre. La noticia más difícil de escribir ha sido esta. Pero como él decía: “Lo que hay. Sin miedo”.