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Un total de 26 veterinarios refuerzan el control sanitario de las matanzas domiciliarias

La Junta recuerda la obligación del análisis contra la triquina y que los productos son solo para autoconsumo
cerdo
La provincia de León cuenta esta campaña con 26 veterinarios autorizados para reforzar el control sanitario de las matanzas domiciliarias de cerdos y de los jabalíes abatidos para autoconsumo.

La provincia de León cuenta esta campaña con 26 veterinarios autorizados para reforzar el control sanitario de las matanzas domiciliarias de cerdos y de los jabalíes abatidos para autoconsumo, según informa la Junta de Castilla y León. La medida complementa el trabajo de los Servicios Veterinarios Oficiales de Salud Pública y busca garantizar la seguridad alimentaria y la prevención de enfermedades.

La campaña se desarrolla, como en años anteriores, desde la última semana de octubre de 2024 hasta el primer domingo de abril de 2025, dentro del programa oficial de Reconocimiento sanitario de cerdos para autoconsumo y jabalíes abatidos en actividades cinegéticas.

Más sacrificios, pero tendencia a la baja

Durante la pasada campaña 2024/2025 se reconocieron 1.416 cerdos sacrificados en domicilios particulares en toda la provincia, lo que supone un incremento del 14,5 % respecto a la campaña anterior. De ellos, el 95 % correspondieron al área de León y el 5 % al Bierzo.

Sin embargo, si se amplía la mirada a los últimos años, la tendencia es claramente descendente. Desde la campaña 2019/2020, cuando se controlaron 2.791 animales, hasta la última, el descenso acumulado alcanza el 49,29 %, reflejo de la pérdida de peso de una tradición que durante décadas fue un acontecimiento social destacado en el medio rural.

Control del jabalí y riesgo de triquina

En el caso de la caza para autoconsumo, el pasado año se analizaron 585 jabalíes en la provincia: 511 en el área de León y 74 en el Bierzo. La Junta insiste en que el control veterinario es esencial, ya que, aunque la triquinosis es poco frecuente en el cerdo doméstico, “en animales silvestres como el jabalí el parásito está presente”.

El consumo de carne infectada, especialmente en productos no cocinados como embutidos, puede provocar graves problemas de salud, con síntomas digestivos iniciales y, semanas después, fiebre, dolor muscular o edemas, con riesgo incluso mortal en casos graves.

Bienestar animal y seguridad alimentaria

Desde la administración autonómica se recuerda que en la matanza deben cumplirse dos principios básicos: bienestar animal y seguridad alimentaria. La normativa obliga a que el aturdido y sacrificio lo realice una persona con formación suficiente para evitar sufrimientos innecesarios.

En cuanto a la seguridad alimentaria, se subraya que el sacrificio, despiece y elaboración de productos cárnicos deben realizarse en condiciones higiénicas adecuadas y siempre tras el control veterinario obligatorio.

Análisis obligatorio antes del consumo

El control consiste en descartar la presencia del parásito Trichinella spp. mediante el método de digestión establecido en el Real Decreto 1086/2020, capaz de detectar incluso infestaciones leves. Para ello es necesario entregar al veterinario una muestra mínima de 150 gramos de músculo, perfectamente identificada.

La Junta recuerda de forma expresa que “no podrá hacerse ningún aprovechamiento de las carnes y despojos hasta recibir confirmación favorable del veterinario” y que todos los productos obtenidos de la matanza están destinados exclusivamente al autoconsumo, estando prohibida su comercialización.

Los datos de los 26 veterinarios colaboradores están disponibles en centros de salud y ayuntamientos, y toda la información de la campaña puede consultarse en el Portal de Salud de la Junta de Castilla y León.