"Nadie se quiere bajar de un sencillo kart de alquiler, ¡imagínate uno de correr!"
La vida de David López García está unida intrínsecamente a cuatro ruedas y un volante. Leonés con paso por Agustinas, Colegio Leonés y Juan Del Enzina, muy joven comenzó a trabajar en la empresa familiar, de gran trayectoria en el mundo de la madera, cuyo catálogo no tardó en comenzar a mover por grandes almacenes de media Europa. Tras miles de kilómetros de idas y venidas terminó por montar su cuartel general en la ciudad de Katowice, de donde son sus ahora pareja e hijo. Y de allí, todos juntos, de regreso a León para reinventarse.
David, que de niño ya devoraba revistas de coches, sigue vinculado a la empresa familiar con la que, pese a su "entrada prematura", mantiene una lealtad "que se sale de lo tangible y hasta de lo razonable". Lo que no le impide aprovechar los momentos libres en su pasión: el motor. Al punto no solo se rodar en el karting siempre que puede, sino de haber llegado a ser mecánico en el campeonato del mundo de Karting FIA KZ en el año 2019. "Algo que no todo el mundo puede decir", bromea.
Formación "volantística"
La presencia de David en la élite del motor no es casual. Porque aunque por las mañanas administra la empresa familiar y exhibe su faceta de comercial, por las tardes ha dedicado "mucho tiempo y recursos" en formación "volantística" a través de varias escuelas de conducción, circuitos de asfalto y de tierra y participado en diferentes convocatorias de pruebas de selección para pilotos.
"Aprendí a leer leyendo revistas de motor y ya con 6 año me sabía al dedillo todo el parque móvil de la época", evoca. Cuando vivió y trabajó en Polonia la rutina era coger el coche y salir a visitar a cientos de clientes en varios países limítrofes como Alemania, Austria, República Checa, Eslovaquia o Estonia. "Hacía una media de 60 mil kilómetros al año en todo tipo de condiciones" que mezclaban "esfuerzo con disfrute, ya que he tenido la suerte de recorrer y conocer prácticamente toda Europa central".
Eso sí, "recorrer en coche lugares históricos y decisivos en la historia de la vieja Europa, expandiendo la mini marca de nuestro negocio familiar y tenerlo funcionando a lo largo de 5 años, fue un trabajo titánico pero nada comparado padecer los horarios centroeuropeos, especialmente si hablamos de la cena".
A la pista de karting
Así que no es de extrañar que el volante se haya convertido en una extremidad más de David por lo que el siguiente paso era previsible. "Me he formado desde muy pequeño pilotando karts y, luego de una larga interrupción, retomé el karting muy intensamente". "Pensé que tenía ya mucho crecimiento técnico y mucho curro hecho como para correr sin desentonar". Y así lo hizo. "Y en varias categorías".
"Un kart de competición es algo increíble, nadie se quiere bajar de un sencillo kart de alquiler aburrido, imagínate uno de correr… eso es la hostia", asegura el leonés, que sigue poniéndose el casco y saltando al asfalto en los karts que él mismo arregla. "Es más que una vocación, es un obsesión", reconoce al tiempo que muestra su admiración por la "comunidad": "Lo mejor son las personas que he conocido ahí, eso es impagable, hay gente verdaderamente increíble y eso no lo he visto en otros sitios".
Futuro sobre ruedas
Tal es así que, sin descuidar el negocio familiar, lleva tiempo proyectando varias ideas que le permitan convertir su pasión por motor en algo más estable. "Algún día pondré en marcha mi proyecto personal que no es otro que crear una escuela de formación para conductores, profesionales de flotas, cuerpos de seguridad del estado, etc. Tenemos pista de skí con capacidad suficiente para acondicionar un pequeño circuito para la formación del alumnado reproduciendo condiciones invernales. Y existen instalaciones privadas que seguro están interesadas".
Mientras llega ese día, David se está construyendo su propio coche proyecto, y prepara el lanzamiento de un negocio innovador relacionado con la automoción.
