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365 leoneses | Julio Hurtado, funcionario

"Ser funcionario da estabilidad y permite conciliar, pero hay que vigilar la productividad"

Julio Hurtado 'Tuli' es promotor cultural, músico, hostelero, escritor... pero tras toda esa intensa actividad personal se esconde un trabajador incansable que, desde el Palacio de los Guzmanes, busca ayudar a ayuntamientos y juntas vecinales de la provincia a gestionar subvenciones.
El leonés Julio Hurtado.
El leonés Julio Hurtado.

Julio Hurtado, o simplemente Tuli, es un viejo conocido de la escena cultural leonesa, un 'agitador' que le dicen. Promotor, músico, hostelero, escritor... pero tras toda esa intensa actividad personal se esconde un trabajador incansable que, desde el Palacio de los Guzmanes, busca ayudar a ayuntamientos y juntas vecinales de la provincia a gestionar subvenciones. "Empecé con la idea de ser director de cine y acabé estudiando Filología Hispánica, que era lo más parecido a lo que me gustaba... por lo menos en mi cabeza en aquel entonces", explica.

Tuli, oriundo del barrio de San Claudio y "friki" de la NBA, optó por hincar codos para sacar una oposición en la Diputación ante la falta de perspectivas con que se encontró en el mundo (profesional) de las letras. Lograrlo fue, como él mismo dice, "una solución" ya que "vivir de las letras es bastante complicado aunque sea algo que te apasione". Asentado hace años en su plaza, ahora compagina su trabajo con sus aficiones aunque reconoce que solo en algunos momentos ya que la prioridad son sus hijos, que absorben la mayor parte de su tiempo: "Me conformo con tocar la batería de vez en cuando, poner algo de música en bares cuando me dejan y escribir, por desgracia, muy poco desde hace años".

Pequeña Agenda Cultural

Fuera de los muros de la Diputación, Julio ha gestionado un negocio de hostelería muchos años y mantiene "mucha afición a la música, el cine y la literatura", lo que incluso le ha llevado a escribir para diferentes medios culturales, entre ellos, destaca, "con vuestros compañeros de Ileón", donde colaboró con la Pequeña Agenda Cultural de León, proyecto del que se muestra "especialmente orgulloso", pero reconoce que ser funcionario tiene sus ventajas sobre esa vida bohemia: "Lo mejor es lo evidente: todo lo que conlleva tener un trabajo estable y que permite la conciliación tanto personal como familiar".

Sin embargo, también se muestra crítico con otros aspectos de la vida funcionarial, aunque sea, reconoce, "tirar piedras contra mi propio tejado": "Creo que debería incentivarse y controlar la productividad", indica. Así, las instituciones en general, no solo la provincial tendrían que buscar la fórmula para "ser más eficaces en la tramitación de cara al ciudadano", un problema que "quizá sea algo político". Pero, "en general se podría decir que tengo un buen trabajo, buenos compañeros y el poder levantarme cada mañana con esa tranquilidad".

León, ciudad en "ebullición cultural"

Como buen conocedor de la escena leonesa Tuli explica que la ciudad cuenta con una "ebullición cultural más grande de lo que se puede creer" en la que conviven muchos "agitadores dignos de mención". "Existe un movimiento cultural muy personal por descubrir que sorprendería a muchos", asegura. Además, "es una ciudad con un sentir especial, tiene un aura única y familiar" a la que se suma también "una cultura gastronómica de locos, no hay más que ver el nivel turístico que tenemos".

Aún así, considera que queda mucho por explorar: "Deberíamos poner miras en otros sectores y luchar por no perder tanta población, a la vez que pondría un ojo en la importancia de la parte provincial que es realmente rica".