"Utilizamos las mismas técnicas que el cine y los videojuegos para mejorar la comprensión y la difusión del patrimonio"
El talento no suele estar exento de una alta dosis de creatividad. Mario Alaguero, leonés de la capital pero con fuerte arraigo en la Montaña Oriental, concretamenten en Oceja de Valdellorma y Yugueros, reúne ambas cosas. Su formación ya da cuenta de ello: marchó de León a Burgos para estudiar Comunicación Audiovisual y, tras titularse, se doctoró en Humanidades y Comunicación y terminó por hacer de las aulas su oficina. Ahora, investiga y es profesor en la misma universidad en la que estudió, en los grados de Diseño de Videojuegos y de Comunicación Audiovisual. "Soy polifacético", bromea.
Lo cierto es que la jornada laboral de Mario es un curioso cruce entre la tecnología más puntera y los libros de historia. "Soy profesor de postproducción audiovisual, diseño creativo y diseño artístico. Mi investigación está centrada en la reconstrucción virtual del patrimonio, una disciplina enfocada en generar imágenes y modelos virtuales de cómo eran edificios o entornos en algún momento del pasado", explica. "Utilizamos las mismas técnicas que el cine y los videojuegos para mejorar la comprensión y la difusión del patrimonio", añade.
Este leonés de la diáspora está especializado en "la parte narrativa y estética", es decir, "en cómo utilizar las imágenes para aumentar el impacto emocional" y generar "empatía" en el espectador, algo que, explica, "es muy útil para mejorar la comprensión del pasado, sobre todo a través de la herramienta de la realidad virtual".
Videojuegos y Patrimonio
Pero no solo eso, siempre inquieto, Aleguero es director del Centro ÍTACA de la propia universidad burgalesa, centrado en la investigación en diseño de videojuegos y las nuevas tecnologías de la comunicación. Un laboratorio donde lleva a cabo proyectos que tratan de "explorar las posibilidades de los nuevos formatos aplicados a otros ámbitos de conocimiento, como terapia, educación, historia o filología". Además, lidera la empresa Caronte Patrimonio, dedicada a la comunicación y difusión del patrimonio. Esta empresa, que es una spin-off universitaria, "trata de aplicar lo que hemos aprendido en la investigación académica a la sociedad, buscando una mejora en la difusión del patrimonio".
"Lo mejor es que cada vez sabemos más sobre el gran potencial de las nuevas tecnologías de la comunicación para mejorar la sociedad", explica el storyteller leonés. "Saber comunicar y aprovechar los formatos garantiza la accesibilidad cognitiva, esto es, que cualquier persona entienda mejor elementos complejos, y este conocimiento ayuda a vivir mejor", añade antes de subrayar la importancia de la buena comunicación en nuestros días plagados de 'fake news' y burdas manipulaciones: "Con la que está cayendo y el ingente ruido informativo que existe, es difícil que prospere la comunicación bien realizada. Entre la inteligencia artificial, los mensajes tergiversados y el contenido vacío es difícil que los contenidos de calidad se hagan un hueco, pero, precisamente, para eso está la investigación: para explorar cuáles deben ser las formas de comunicar correctamente en un contexto incierto y cambiante".
El yacimiento de La Peña del Castro
Dejando la parte teórica del profesor a un lado y regresando a la práctica de la mente inquieta, Alaguero muestra especial orgullo por uno de sus grandes proyectos, precisamente el que le ha transportado de regreso a casa. "Cuanto más mayor me hago más me tira el terruño", reconoce desde Burgos, "aunque he realizado proyectos de reconstrucción virtual en varias provincias, el que más cariño me ha generado es del del yacimiento de La Peña del Castro, en La Ercina, precisamente por estar en mi tierra".
Se trata de un espectacular trabajo audiovisual que actualmente puede verse todos los días del año en el Aula de Interpretación de La Peña del Castro, el yacimiento leonés del que fuera uno de los bastiones vadinienses de la antigua 'Regio Cantabrorum'. "El equipo arqueológico me ayudó a entender cómo vivían sus habitantes y todos los mitos históricos que hemos ido heredando y que nos impiden valorar la historia desde un punto de vista riguroso y libre de tergiversaciones. Tras un largo proceso de generar las imágenes que permiten encender cómo era ese yacimiento antes de que lo destruyeran los romanos estoy encantado cada vez que veo a alguien contemplarlo por primera vez y pudiendo entender mejor qué esconde el suelo de esa peña".
Juegos de mesa
Entre proyecto y proyecto, Mario no descansa demasiado, aunque lo hace movido por su innata inquietud: "Me divierte mucho todo lo que sean nuevos retos y sobre todo si tienen un componente creativo". Esta vitalidad creativa le ha llevado a embarcarse en otro proyecto singular que aúna otras dos de sus grandes pasiones: la Guerra Civil y los juegos de mesa. "Durante años trabajé en el diseño de un juego de mesa llamado Brigada Guerra Civil Española. En un movimiento arriesgado decidí lanzar un crowdfunding y tuve la suerte de que funcionó: conseguí vender la primera tirada de 1000 unidades", indica. "Ahora estoy trabajando en otro juego sobre el Passo Honroso".
La esquina 'perfecta' de León
Como buen experto en Patrimonio, aprovechamos para pedir un lugar singular en León de esos que están al margen de las repetitivas guías turísticas y que solo el ojo entrenado conoce: "Hay un lugar en el que me paro siempre con cualquier visita a la que voy llevando para conocer León: el arranque de la Calle Ancha, justo en la esquina entre la Cafetería Victoria y el Palacio de los Guzmanes. Ahí estaba la Porta Principalis Dextra, desde ese punto se ve el origen de la ciudad: la muralla romana (teniendo muy buena vista se llega a ver hasta el agujero en la muralla que da al parque del Cid que esconde el lienzo original de la primera muralla romana), la Torre del Gallo de San Isidoro, momento de esplendor del León medieval, la iglesia de San Marcelo, centurión y patrón de la ciudad, el Palacio de los Guzmanes símbolo del renacer de León y varios estilos arquitectónicos: modernismo, neoclasicismo, neorrománico, brutalismo e, incluso, una de las agujas de la Catedral". "Esta esquina resume toda la gente que ha pasado durante 2000 años por la ciudad y que ha ido dejando su huella", subraya.
Y es que, pese a la distancia, Mario es firme defensor de su tierra, de la que destaca "esa mezcla de nuestro carácter que combina humildad y orgullo y con el balance perfecto entre sobriedad y alegría que hace que vayas donde vayas te encuentres con gente con encanto". "Quiero pensar que ese carácter ha existido desde hace mucho y es lo que ha generado muchas de las cosas que nos hacen particulares en nuestro entorno", apostilla el profesor.