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La ULE dobla el número de psicólogos para atender las necesidades de sus estudiantes

El servicio de apoyo psicológico pasa de dos a cuatro profesionales para ofrecer una atención más personalizada y flexible, ante el aumento de casos de ansiedad, pánico y estrés académico
apoyo psicológico
Una joven recibiendo apoyo psicológico.

La Universidad de León ha reforzado el Programa de Apoyo Psicológico a estudiantes, ampliando de dos a cuatro el número de profesionales disponibles, para ofrecer una atención más personalizada y flexible, con el objetivo de garantizar que cada estudiante encuentre el acompañamiento que necesita en el momento más adecuado.

Un recurso gratuito y confidencial

Así lo pone de manifiesto la directora del área de Universidad Saludable, Elena Fernández, una de las apuestas del actual equipo de gobierno y del que depende directamente el Gabinete psicológico de la ULE, un recurso gratuito y confidencial al alcance de todos los estudiantes que lo necesiten de los dos campus de Vegazana y Ponferrada.

Acompañamiento en momentos difíciles

Fernández recuerda que el objetivo principal de este servicio es el de acompañar a los jóvenes en momentos de dificultad emocional y ofrecerles herramientas para afrontar situaciones como la ansiedad, los ataques de pánico o el proceso de adaptación a la vida universitaria.

“Queremos que los estudiantes sepan que no están solos. El gabinete está ahí para escuchar, orientar y ayudar a encontrar soluciones. Es fundamental que quienes se sientan sobrepasados den el paso de pedir ayuda, porque hacerlo es una muestra de valentía y el primer paso para recuperarse”, subraya Fernández, que recuerda cómo cuidar de la salud mental debe ser uno de los mayores retos de toda universidad.

Atención flexible

El servicio se organiza de manera flexible, adaptando tanto la frecuencia como los horarios de las sesiones a las necesidades de cada persona. La solicitud se realiza de forma anónima a través de un formulario disponible en la página web de la Universidad. Una vez recibida, el gabinete contacta directamente con el estudiante para fijar la cita, garantizando la plena confidencialidad del paciente. 

La ansiedad, principal motivo de consulta

La ansiedad se sitúa en el principal motivo de consulta de los estudiantes de la ULE, seguido por los ataques de pánico, problemas, que según destaca Martín, uno de los psicólogos que conforman el servicio psicológico de la ULE, se intensifican en el primer trimestre del curso académico.

“Muchos jóvenes llegan a la universidad sin un equilibrio emocional consolidado, tienen que afrontar vivir solos por primera vez y se enfrentan a una presión académica y social que no siempre saben manejar. Por eso octubre, noviembre y diciembre son meses especialmente sensibles”, afirma Martín.

Campañas de sensibilización y prevención

El servicio, además de la atención directa a los estudiantes, ofrece asesoramiento al área de Universidad Saludable en el diseño de campañas de sensibilización y promoción del bienestar emocional para difundir al conjunto de la comunidad universitaria, fomentar la detección temprana de señales de alerta y normalizar el hecho de pedir ayuda.

Este mensaje cobra especial relevancia en el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio que se conmemora cada 10 de septiembre y al que la Universidad de León se ha sumado con el objetivo de sensibilidad y ofrecer herramientas prácticas para saber cómo actuar ante posibles conductas suicidas.

Una realidad alarmante entre los jóvenes

El suicidio se considera actualmente un grave problema de salud pública que afecta especialmente a adolescentes y jóvenes adultos, llegando a convertirse en una de las principales causas de muerte en estas edades. Según un informe del Ministerio de Universidades, uno de cada cinco estudiantes universitarios presenta ideación suicida. Otros estudios internacionales confirman que el suicidio es la segunda causa de muerte más frecuente entre universitarios.

En este contexto, la Red Española de Universidades Promotoras de la Salud (REUPS) destaca la importancia de detectar señales de alerta -ya sean verbales o no- y de conectar con las personas que atraviesan una situación de sufrimiento. En ese contexto, Fernández recuerda: “Todos podemos desempeñar un papel clave, detectando cambios de comportamiento, escuchando y acompañando a quienes lo necesitan. La prevención del suicidio no es solo tarea de los profesionales, sino también de cada uno de nosotros como compañeros, amigos o profesores”.