No hay Iniesta malo
Ahora que ha fallecido Robe Iniesta, el poeta y filósofo líder de la extinta banda de rock Extremoduro, me pregunto si de verdad importa tanto el contenido literario de las canciones. Si damos tanta importancia a las grandiosas letras del grupo extremeño o a otro autor ilustre, como Bob Dylan, al que otorgaron el Premio Nobel de Literatura en 2016 por el contenido implicado y poético de su trabajo, esto debería ser así para todos. La evolución conservadora y cristiana de Rosalía, o las letras altamente machistas y sexistas de la mayor parte de la música urbana, también deberían tener su relevancia. Esto último, para mí, para mal. O las letras importan e influyen en quienes las escuchan o es solo música para consumir con ligereza. O Iniesta tenía su relevancia por las maravillosas poesías que convertía en canciones y por lo que podía hacer sentir en quien las escuchaba, o es solo entretenimiento y no es para tanto. Está claro que lo que escuchan los jóvenes de hoy en día influye en su forma de pensar y actuar. El individualismo y machismo que está pasando a formar parte de la mente de la juventud puede venir de ahí. La verdad es que, como señor mayor, la música me parece que ya no es lo que era. Hay más cosas que ya no son lo que eran y nos afectan de manera dramática.