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León en llamas

El Chozo del Pastor, una foto para poder resumir la dimensión de la catástrofe

Carlos Fernández, impulsor de Lucha por la Montaña, denuncia la falta de previsión ante los incendios y muestra el “antes y después” del histórico Chozo del Pastor icono del efecto producido por el paso del fuego desolador
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El Chozo del Pastor, una construcción tradicional situada entre Pandetrave y Portilla de la Reina, se ha convertido en el símbolo de la devastación de los últimos incendios que han arrasado la Montaña Oriental Leonesa. La imagen fue tomada por Carlos Fernández, impulsor de Lucha por la Montaña.

El Chozo del Pastor, una construcción tradicional situada entre Pandetrave y Portilla de la Reina, se ha convertido en uno de los símbolos de la devastación de los últimos incendios que han arrasado la Montaña Oriental Leonesa.

La fotografía difundida por Carlos Fernández, creador de la plataforma Lucha por la Montaña, muestra el contraste entre el refugio antes del fuego y lo que quedó tras el paso de las llamas: un paisaje ennegrecido y roto.

“Es un desastre. No se puede cuantificar ni en pérdidas económicas ni en daños naturales”, resume Fernández.

Una montaña única en Europa

El activista insiste en la singularidad del territorio: “La Cordillera Cantábrica es una rareza y una excepción en toda Europa. Aplicar recetas simplistas, como decir que el fuego se apaga en invierno, no tiene sentido en un ecosistema tan frágil”.

Según Fernández, la diferencia en esta ola de incendios ha sido la dimensión y la velocidad: “El fuego ha cruzado de un lado a otro de la cordillera y, en muchos puntos, no hubo quien lo parara. Al atravesar los pueblos, los arrasó por completo”.

Vecinos en primera línea

El creador de Lucha por la Montaña lamenta la ausencia de planes de evacuación y de formación para los habitantes de las zonas rurales. “Lo lógico es que existieran protocolos claros, pero no los había. Aun así, la gente respondió de forma formidable”, asegura.

El caso del pueblo de Garaño es, para él, el mejor ejemplo: “Los vecinos estaban en misa cuando las llamas se acercaban. Salieron todos a defender el pueblo. No pudieron frenar el fuego, pero sí evitaron que entrara en las casas”.

Entre la denuncia y la esperanza

Fernández reconoce que incendios ha habido siempre en la montaña, pero advierte de que la magnitud de los de este verano ha cambiado las reglas del juego: “Ahora el monte arde en una enorme dimensión. Es imprescindible repensar la gestión forestal y dotar a los pueblos de medios”.

A través de su plataforma, continuará utilizando la imagen del Chozo del Pastor como metáfora de un territorio en riesgo, pero también como recordatorio de la resistencia de quienes lo habitan.