"Podéis volver a casa", entre lágrimas y aplausos
El Polideportivo de La Bañeza se convirtió en refugio para decenas de vecinos evacuados de los pueblos amenazados por el fuego. Allí, colchones, mantas y comidas calientes no fueron lo único que recibieron: encontraron, también, cercanía y consuelo.
“Ha sido como nuestra casa durante cuatro días”, cuenta Andrea, vecina de la Valdería. “La organización y el trato ha sido perfecto. Los voluntarios de Cruz Roja y Protección Civil de La Bañeza nos han atendido a las mil maravillas. Y los psicólogos, que siempre nos han calmado, nos han ayudado a ver la situación con más serenidad”.
El anuncio esperado
La tarde del jueves parecía igual a las anteriores, hasta que poco antes de las diez de la noche la rutina se rompió. Javier Carrera, alcalde de La Bañeza, tomó el micrófono y pidió la atención de todos.
“Si me pueden escuchar un momento… Tengo noticias de diferentes poblaciones”, comenzó. El murmullo se apagó.
Con voz emocionada, enumeró los pueblos que podían regresar a casa: Castrocalbón, San Esteban de Nogales, Pinilla de la Valdería, Felechares de la Valdería, Calzada de la Valdería, Pobladura de Yuso y San Félix de la Valdería.
También anunció la reapertura de todas las carreteras hacia la Valdería de los Jamuz. “El que quiera quedarse aquí esta noche podrá hacerlo, pero ya pueden volver a sus hogares”, concluyó.
Lágrimas y aplausos
No hizo falta decir más. La tensión acumulada durante días se liberó de golpe: los aplausos estallaron y las lágrimas corrieron por rostros que, hasta entonces, habían contenido la emoción. Vecinos se abrazaban, algunos sacaban el teléfono para avisar a familiares, otros sonreían en silencio.
“El alcalde no nos ha dejado solos ni un minuto”, agradeció Andrea. Para muchos, su presencia constante fue un ancla en medio del miedo. “Nos vamos, felices, pero con la pena de los dos jóvenes que murieron por querer salvarnos”, añadía.
El regreso
El anuncio no borró la huella del incendio, pero abrió la puerta a la normalidad. El retorno será a un hogar distinto, con el paisaje ennegrecido y un futuro incierto. Aun así, la frase que resonó en el polideportivo esa noche —“Podéis volver a casa”— será recordada como un instante de alivio colectivo en medio del desastre.
"Han sido cuatro días de una fortaleza humana indescriptible. Lo que hemos vivido aquí queda para nosotros y para ellos. Pero ha sido algo único", comenta Silvia, una de las voluntarias de Cruz Roja, a Heraldo de León.
