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La madreña pisa fuerte

Centenares de personas acuden a la llamada de la IV Madreñada leonesa y recorren al centro de la capital al ritmo de las gaitas y los tambores 

El centro de León se transformó en el escenario de la IV Madreñada este sábado, con las bajas temperaturas marcando la jornada. Alrededor de quinientos asistentes respondieron a la convocatoria emitida por la Asociación Calechos de Babia y Luna, en una cita que se distingue por reivindicar y celebrar uno de los elementos más característicos de la cultura rural: las madreñas.

La actividad comenzó en la plaza de Guzmán, punto de partida para una colorida comitiva que avanzó por la céntrica vía de Ordoño II. El ambiente festivo estuvo marcado por el sonido de las gaitas y los tambores, instrumentos clave en la recuperación de esta costumbre popular que crece en convocatoria cada año y que se ha convertido, por méritos propios, en una referencia imprescindible para los entusiastas del folclore tradicional.

Entre los participantes destacaban las capas leonesas, los bastones y sombreros, acompañados por una variedad de trajes regionales, cuyos intensos colores aportaron vivacidad a la marcha. Las calles de la capital leonesa se poblaron de público, que entre gestos de admiración y sorpresa, se sumó al desfile para presenciar y acompañar el desarrollo de esta singular manifestación cultural.

Origen e impulso de la Madreñada

La IV Madreñada es el resultado del esfuerzo continuado de la Asociación Calechos de Babia y Luna, entidad dedicada a la promoción y defensa del patrimonio etnográfico leonés. El evento, celebrado en pleno invierno, se diseñó para reforzar la identidad local a través de la exaltación de las madreñas, calzado típico de la zona rural, cuya presencia representa un vínculo directo con la historia y las costumbres de la provincia.

Desde su primera edición, esta actividad ha experimentado un crecimiento constante tanto en participación como en relevancia social. La implicación de distintos colectivos y la recuperación de elementos musicales propios, como las gaitas y los tambores, han permitido mantener viva una tradición que traspasa lo meramente folclórico para convertirse en un símbolo activo de cohesión y memoria colectiva.

Tradición y simbolismo en la celebración

Durante el recorrido, la comitiva lució capas tradicionales, bastones y sombreros, además de un amplio repertorio de vestimenta regional. Estos elementos aportaron un acusado carácter visual a la marcha, convirtiéndola en un atractivo espectáculo urbano y una oportunidad para que residentes y visitantes se acerquen al rico legado cultural leonés.

El desfile, que despertó la curiosidad y el entusiasmo entre quienes transitaban las principales arterias del centro, reafirmó su papel como cita relevante en el calendario de actividades de la ciudad. La IV Madreñada se consolida, así, como una muestra ejemplar de la capacidad de la sociedad leonesa para preservar y difundir sus manifestaciones tradicionales en el contexto urbano contemporáneo.