Varios testigos relatan "episodios habituales de agresividad" del acusado de matar a su madre
La hermana de la víctima asegura que el hombre “intentó estrangular” a la víctima un año antes y que ella “escondía los cuchillos y las cosas con las que él pudiera agredirla”

Varios testigos que declararon este martes en la Audiencia Provincial de León relataron varios de los “episodios habituales de agresividad” por parte del Alan Rubén T.S., contra su madre, María Salomé, la mujer que fue asesinada en la Nochebuena del año 2022 en su vivienda, situada en el barrio de San Esteban de la ciudad de León, presuntamente a manos de su hijo.
Sus testimonios formaron parte de la primera sesión del juicio que comenzó en el día de hoy y que se extenderá hasta el próximo lunes, mediante el que un jurado popular deberá decidir si Alan Rubén T.S. es o no culpable de los delitos de asesinato y amenazas en el ámbito familiar por, presuntamente, haber matado a su madre, María Salomé.
Una sesión en la que la hermana de la víctima, que ejerce la acusación particular en el juicio, detalló que María Salomé y Alan Rubén tenían “muchos problemas de conducta” y, aunque “ella le quería muchísimo”, él “era violento e incluso la maltrataba”. Precisamente sobre él comentó que era “un niño apático, egoísta, vago, interesado y manipulador con su madre para obtener lo que quería”.
Unas situaciones de “agresividad que eran habituales” y entre las que destacó un episodio vivido durante la Nochebuena de un año anterior al crimen, en 2021, cuando Alan Rubén T.S. “intentó estrangular a su madre porque quería dinero”. De hecho, madre e hijo ya no convivían en el momento de los hechos “porque María Salomé le podían más las situaciones de violencia, aunque le podía más el cariño”, así que “no denunciaba y le dejaba entrar en casa”, porque “aunque le tuviera pánico, al mismo tiempo quería que la quisiera como fuera”.
La hermana de la víctima reside desde hace unos años en Barcelona, pero mantenía una relación estrecha con su hermana, a la que definió como una persona “muy luchadora”, y afirmó que le contaba que “si su hijo le pedía dinero y no se lo daba, él la amenazaba y se ponía violento”, hasta el punto de que “cuando él iba por la casa, ella escondía los cuchillos y las cosas con las que él pudiera ejercer violencia sobre ella”.
Spray de pimienta
Por otro lado, una amiga de la víctima la invitó a pasar esa Nochebuena en su casa, pero no fue. “Intenté por todos los medios que fuera, pero como había estado enferma no fue; se comprometió a ir el día de Navidad, pero no apareció”, aseguró. La testigo también conocía a Alan Rubén T.S., ya que “él a veces tenía situaciones de dependencia” y le llevaba con ella a trabajar “para no dejarle solo”.
En una de esas ocasiones, la mujer presenció “una discusión muy fuerte” entre madre e hijo “a raíz de que él tiró una cosa entro del maletero y ella le pidió que tuviera más cuidado”, tras lo que “se inició una bronca violenta por una pérdida de nervios por parte de ambos”. No obstante, consideró que “no llegó a más” debido a su presencia y a la de su marido.
También fue conocedora de otras agresiones de Alan Rubén a María Salomé porque esta le comentó que una vez la tiró en una cama, la agarró por el cuello y intentó estrangular, mientras que en otra ocasión presentaba golpes en las costillas. Además, la víctima le relató que en la bata que usaba para estar por casa llevaba un spray de pimienta para poder defenderse de su hijo, al que hoy la mujer calificó de “un gran manipulador”.
También intervino en la sesión de este martes una segunda hermana de María Salomé, que no tenía relación con ella desde “hacía muchísimos años” y que no veía a su sobrino desde que tenía 16 años, cuando se mudó a Barcelona. Sin embargo, su madre, que “crio al niño desde pequeño”, le contaba que Alan Rubén “no tenía buena relación con María Salomé desde pequeño” y que en alguna ocasión la agredió tanto a ella como a su tía y, tras su fallecimiento, tuvo constancia de una denuncia presentada en 2021 por María Salomé después de que Alan Rubén “la intentara estrangular”.
La mujer afirmó también que la víctima “maltrataba al acusado” y que, en una ocasión, cuando el acusado tenía cinco años e iba con su abuela por la calle, “se encontró con su madre, cruzó corriendo la acera y ella le empezó a dar bofetadas hasta tirarle al suelo”.
Con este mismo testimonio coincidió la tía de la víctima, quien aseguró que “le hacía la vida imposible a su hijo”. Fue ella quien llevó comida a Alan Rubén el día 24 de diciembre, que se encontraba “normal”, pero “no raro, drogado o haciendo cosas raras”. También se la llevó el día 25, cuando “estaba normal”.
Matricidio
Los hechos que se juzgan desde este martes en la Audiencia Provincial de León tuvieron lugar en la noche de Nochebuena del año 2022 cuando, según el escrito de acusación presentado por el Ministerio Fiscal, el joven se encontraba en la vivienda de su madre, situada en el barrio de San Esteban, donde se produjo una discusión. Tras ello tuvo lugar la muerte de la mujer por un corte de profundidad en el cuello, aunque su cuerpo de la víctima presentaba varios cortes y golpes en diferentes partes.
Todo ello se produjo “de forma repentina, sorpresiva y sin posibilidad alguna de defensa” y sin que el acusado presentara “ninguna patología ni estado mental alterado”, de forma que “tenía intactas sus facultades”. Además, la Fiscalía aseguró que el acusado, desde 2020, había amenazado de muerte en varias ocasiones a su madre, alguna de ellas con un cuchillo.
El cadáver fue encontrado dos días después, gracias a que los vecinos de la víctima dieron la alerta al no haberla visto en las zonas comunes. Una patrulla de la Policía Local se personó en el lugar, donde comprobó la existencia de unas manchas de sangre, por lo que decidió forzar la cerradura de la vivienda para acceder a ella y localizar el cuerpo sin vida de la mujer.
La Policía Nacional procedió horas después del hallazgo a detener al hijo de la víctima, Alan Rubén T.S. que se encuentra en prisión desde entonces, ya que el Juzgado de Instrucción número 4 de León decretó para él prisión provisional y sin fianza.
Por los hechos anteriormente expuestos, la Fiscalía solicitó una pena total de 24 años y seis meses de prisión, al considerarle culpable de un delito de asesinato con alevosía y de otro continuado de amenazas en el ámbito familiar, ambos con el agravante de parentesco. También propuso una indemnización de 20.000 euros para la hermana de la víctima, su tía.
Por su parte, la acusación particular aumentó su petición a 27 años y seis meses de cárcel por un delito de asesinato con el agravante de parentesco y “con ensañamiento” o, de carácter subsidiario, de un delito de homicidio doloso, con una pena de 17 años y seis meses de prisión.
En el lado opuesto, la defensa del acusado aludió al “largo historial psiquiátrico” con una discapacidad mental del 49 por ciento de Alan Rubén T.S., que “en ningún caso pudo causar daño alguno a su madre”, al tiempo que “negó la calificación previa y la autoría de los hechos”, por lo que solicitó su libre absolución.