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Boxeo | reportaje

Antonio Barrul: el león indomable

No ha sido fácil su misión: sacar los guantes del cajón, pulirlos como un diamante, recuperar la afición y el orgullo por el ring y dar a la afición un espectáculo en toda regla

Antonio Barrul es un león, un león indomable. Lo ha sido siempre. Quizá por eso se ha salido de los cánones tradicionales y ha logrado reconstruir el orgullo de un deporte muy tocado por no pocos barros internos.

No ha sido fácil su misión: sacar los guantes del cajón, pulirlos como un diamante, recuperar la afición y el orgullo por el ring y dar a la afición un espectáculo en toda regla.

Y así, desde la nada, con su orgullo gitano y su cabeza muy bien amueblada, ha ido construyendo un pequeño mundo que se eleva sobre las tradiciones del boxeo.

El rugido que despertó al boxeo leonés

Barrul ha sabido darle al boxeo una dosis extra de glamour y principios. Y el resultado ahí está.

'El Volcán' de León, como se le conoce en el ring, lleva dedicándose al boxeo desde su adolescencia. Su padre es quien les introdujo a él y a su hermano en este mundo y quien lleva ahora la carrera de ambos.

Fue bautizado con ese apodo por su capacidad de desatar una verdadera tormenta de energía y fuerza en cada combate. Barrul destacó por su impresionante historial en el boxeo amateur, llegando incluso a rozar la posibilidad de competir en los Juegos Olímpicos de Tokio.

Su trayectoria en el ring le ha valido un respeto considerable dentro de la comunidad boxística, contabilizando casi un centenar de victorias y obteniendo el título de campeón de España amateur en seis ocasiones.

El vuelo de Barrul tras ganar su combate. Fotos: Antonio Barrul
El vuelo de Barrul tras ganar su combate. Fotos: Antonio Barrul

Una victoria con justicia… dentro y fuera del ring

El trabajo está en el epicentro de su crecimiento deportivo, pero también su carácter. Mucho tuvo que ver aquel gesto que dio la vuelta al país: en plena proyección de la película Garfield, Barrul vio cómo un hombre zarandeaba a una mujer y no dudó en intervenir. 

Se levantó de su butaca y lo sacó de escena con la contundencia que el momento requería. “Justicia gitana”, comentaron algunos; “justicia”, simplemente, para la mayoría.

El Palacio vibró con su corona nacional

Su último éxito ha sido la guinda a un camino cargado de esfuerzo. En una velada inolvidable celebrada en el Palacio de los Deportes de León, Antonio Barrul (8-0-0, 4 KO) se proclamó campeón de España del peso supergallo tras noquear con autoridad a Raúl Zabala (8-4-0, 4 KO). El combate fue una auténtica exhibición ante un público entregado que abarrotó el recinto.

La noche fue una fiesta. León volvió a tener un campeón nacional, título que no se veía en la ciudad desde que lo ostentara Saúl Tejada en 2016. La entrega de Barrul fue total desde el inicio del combate, en el que tomó rápidamente el centro del ring y dominó a su rival desde el primer asalto.

"Salí con todo", confesó después el púgil leonés, que encontró la distancia perfecta para castigar a Zabala contra las cuerdas en los primeros compases del combate. La potencia de sus golpes y su agresividad medida fueron demasiado para su oponente, que poco pudo hacer ante la avalancha de intensidad.

 

Orgullo leonés, talento indiscutible

Más allá del espectáculo sobre el cuadrilátero, Barrul ha sabido ganarse el cariño de la afición y el respeto del gremio por su compromiso, su humildad y su trabajo constante. 

La promoción del combate fue un ejemplo de cercanía con la ciudad: cinturón en mano, recorrió con Zabala los lugares más emblemáticos de León, despertando el interés incluso de quienes no siguen habitualmente este deporte.

Con solo 25 años, Barrul es mucho más que una promesa del boxeo nacional. Es un deportista de raza, con una mentalidad férrea, una ética de trabajo incuestionable y una capacidad humana fuera de serie. Ha demostrado que no solo se puede ser campeón en el ring, sino también en la calle, en la vida y en los valores que se defienden cada día.

El futuro del boxeo leonés —y español— pasa por sus puños y por su ejemplo. Porque Antonio Barrul no es solo un boxeador. Es un león. Un león indomable.