Muere Rodríguez Menéndez, el polémico abogado que convirtió su vida en un caso judicial permanente

José Emilio Rodríguez Menéndez ha fallecido este jueves 16 de octubre a los 75 años, justo el mismo día en que nació en 1949. Su muerte se produjo alrededor de las 20:30 horas en el Hospital Central de la Cruz Roja, San José y Santa Adela, en Madrid, donde permanecía ingresado desde hacía una semana. Previamente, había sido atendido en el Hospital Universitario La Paz, centro del que fue derivado al considerarse que su estado ya no tenía posibilidad de mejora.
Fuentes cercanas a la familia han confirmado que no se celebrará ni velatorio ni tanatorio, decisión que pone fin a la vida de un personaje envuelto en el escándalo desde hace más de cuatro décadas.
De “El Dioni” a Antonio David: siempre en el foco
Rodríguez Menéndez fue uno de los abogados más reconocidos —y controvertidos— del panorama jurídico español. Saltó a la fama por su defensa de personajes mediáticos como Dionisio Rodríguez Martín, más conocido como “El Dioni”, o por su implicación en el mediático divorcio entre Antonio David Flores y Rocío Carrasco.
También generó polémica al publicar en su revista Dígame una supuesta entrevista al fugitivo Antonio Anglés que más tarde se reveló como falsa, alimentando aún más su imagen de profesional dispuesto a cruzar cualquier línea para mantenerse en el foco.
Condenas, fraudes y fugas: un historial de escándalos
El nombre de Rodríguez Menéndez es inseparable de los tribunales, no solo como abogado, sino también como acusado. En 2006, el Tribunal Supremo le condenó a diez años de prisión por fraude fiscal al defraudar 1,8 millones de euros entre 1990 y 1993, y le impuso una multa de 3,6 millones. Durante su tiempo en prisión llegó a beneficiarse de permisos penitenciarios, uno de los cuales aprovechó para fugarse en 2008, lo que provocó una investigación del Consejo General del Poder Judicial.
Más recientemente, en julio de 2023, fue condenado por la Audiencia Provincial de Madrid a cuatro años de cárcel por estafar a inversores en una supuesta operación de compraventa de petróleo, en la que prometía contactos falsos con autoridades argentinas.
De “el abogado del diablo” a símbolo del exceso
Con el paso del tiempo, Rodríguez Menéndez cultivó una imagen deliberadamente provocadora y sin complejos. Llegó a definirse como “el abogado del diablo” y, lejos de ocultar su historial penal, lo utilizó como parte de su marca personal. Su figura pasó de los juzgados a los platós y páginas de la prensa rosa y de sucesos, donde hablaba con desparpajo de sus procesos judiciales y de los que defendía.
Su vida personal tampoco estuvo exenta de titulares. En 1999 acusó a su esposa de intento de asesinato y, años más tarde, solicitó asilo político en Argentina para evitar su extradición a España, país que lo reclamaba judicialmente.