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Muere una osa atropellada en Laciana y se reabre el debate sobre la sobrepoblación osera en la Cordillera Cantábrica

El ejemplar, de corta edad, falleció tras ser arrollado por un todoterreno en la C-631 a la altura de Rabanal de Abajo; el conductor, un vecino de Villablino, resultó ileso
Imagen del plantígrado que resultó arrollado por el vehículo.
Imagen del plantígrado que resultó arrollado por el vehículo.

Una osa joven perdió la vida en la madrugada de este domingo tras ser atropellada por un todoterreno en la carretera comarcal C-631, a la altura de Rabanal de Abajo, en el municipio leonés de Villablino, en plena comarca de Laciana.

El conductor del vehículo, vecino de Villablino, salió ileso del accidente, que se produjo en una recta de la vía con buena visibilidad, según confirmaron fuentes de la Guardia Civil de Tráfico.

El impacto resultó fatal para el plantígrado, que murió en el acto. Hasta el lugar se desplazaron agentes medioambientales y miembros del Seprona, que coordinaron el levantamiento del cadáver y su traslado al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Valladolid, donde se le practicará la necropsia para determinar la edad exacta y el estado de salud previo del animal.

El alcalde de Villablino alerta

El accidente ha vuelto a poner sobre la mesa la controversia sobre la densidad de osos pardos en la montaña leonesa y asturiana. El alcalde de Villablino, Mario Rivas, lamentó el suceso y advirtió de que el incremento de ejemplares empieza a generar conflictos tanto en el entorno natural como en las zonas habitadas.

De 90 a 370 osos en tres décadas

Los datos del último censo conjunto de las comunidades del noroeste son elocuentes: en 1990 se contabilizaban alrededor de 90 ejemplares de oso pardo cantábrico, mientras que hoy la población asciende a unos 370.

De ellos, más de la mitad (alrededor del 53%) se asientan en territorio de Castilla y León, fundamentalmente en las comarcas de Laciana, Omaña y Alto Sil, donde la especie ha experimentado un auge notable en los últimos años.

El repunte, que expertos consideran un éxito de conservación, también ha traído consigo nuevos retos: aumento de los cruces de fauna en carretera, daños en colmenares y pastos, y aparición de ejemplares en zonas cada vez más próximas a los núcleos urbanos.