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La UME y la Policía rastrean la laguna de Berbes en busca de Trinidad y su bebé

Treinta y ocho años después de la desaparición de Trinidad Suardíaz y su hija Beatriz, las unidades especiales inspeccionan la balsa minera donde se han hallado vehículos sumergidos.

La Policía Nacional y la Unidad Militar de Emergencias (UME) han desplegado este martes un amplio dispositivo en la laguna de la antigua mina de El Frondil, en la parroquia riosellana de Berbes, con el objetivo de localizar los cuerpos de Trinidad Suardíaz y su hija Beatriz, desaparecidas en 1987.

La intervención se desarrolla tras la decisión del Juzgado de Instrucción nº4 de Gijón, dirigido por la jueza Ana López Pandiella, de reabrir el caso después de que se detectaran dos vehículos hundidos en el fondo de la balsa.

El rastreo cuenta con drones subacuáticos, técnicos del GOIT y especialistas de la UME en rescates en espacios inundados. Si el avance de la investigación lo requiere, no se descarta el drenaje parcial de la laguna para extraer los coches localizados.

Desde primera hora un amplio dispositivo de efectivos se despliega en la zona con material técnico y humano que persigue desentrañar el misterio de Trinidad y su bebé.

Una desaparición que marcó a León y Asturias

Trinidad Suardíaz, de origen asturiano y con 23 años en el momento de los hechos, vivía en Matadeón de los Oteros (León) cuando denunció por malos tratos a su marido, Antonio María da Silva, conocido como El Portugués. Con una discapacidad psíquica, la joven llegó a abandonar el pueblo en busca de protección, pero regresó posteriormente con él. Desde entonces, ni ella ni su bebé, Beatriz, de 13 meses, volvieron a ser vistas.

La mujer tenía una comparecencia pendiente en la Audiencia de León el 15 de julio de 1987, fecha a la que nunca llegó. Durante décadas, la búsqueda se centró en las propiedades del matrimonio en León y Asturias —al menos dos registros exhaustivos en 2017 y 2018— sin resultados.

El testimonio que reactivó la causa

El hallazgo de los vehículos en El Frondil coincide con el relato aportado por un vecino, que situó a El Portugués arrojando coches a la balsa en los días posteriores a la desaparición. La pista fue considerada determinante por la jueza López Pandiella para ordenar la reapertura del caso.
Aunque algunos residentes afirman que podrían ser tres los vehículos sumergidos, la Policía solo ha confirmado dos de momento, sin descartar que los análisis revelen más restos.

Da Silva, actualmente octogenario y residente en un centro asistencial de Zamora, mantuvo su versión en una reciente declaración policial: aseguró, como siempre, que madre e hija se marcharon a Portugal. Los investigadores, sin embargo, consideran verosímil que los cuerpos pudieran haber sido ocultados en la laguna, hipótesis que será examinada a fondo en la jornada de este martes.

Un misterio que lleva casi cuatro décadas sin respuesta

El caso de Trinidad y Beatriz es uno de los expedientes sin resolver más persistentes del noroeste peninsular. Pese al paso del tiempo, la familia continúa sin un cierre y los investigadores confían en que el trabajo minucioso en Berbes pueda ofrecer, al fin, una pista concluyente.

El operativo de este martes será clave para determinar si los restos hallados en la balsa guardan relación con la desaparición ocurrida hace 38 años, un enigma que Asturias y León aún esperan ver resuelto.