La Universidad se rompe de dolor
La Facultad de Educación de la Universidad de León vivió este miércoles una jornada de profundo recogimiento en memoria de Arancha Barrientos, estudiante y poeta fallecida recientemente. Un minuto de silencio cargado de emoción reunió a compañeros, profesores y amigos que quisieron acompañar a su madre y mostrarle su apoyo en un acto íntimo y conmovedor.
El silencio dio paso a los aplausos, que se elevaron como gesto de cariño y admiración hacia una joven recordada por su alegría, sensibilidad y talento literario.
“De personalidad alegre, pero de alma triste”
En palabras de quienes la conocieron, Arancha Barrientos era una joven “de personalidad alegre, pero de alma triste”, con una mirada capaz de transformar “la fragilidad en belleza y el dolor en arte”.
Su poesía, marcada por la sensibilidad y la introspección, reflejaba una comprensión profunda de la vida y de la fugacidad del tiempo. En uno de sus textos más recordados, la joven escribía:
“Sonríe. Sonríe bajo la lluvia con los labios mojados, sonríe con la luz del sol y sonríe la inmensidad de la noche. Sonríe, porque al final, somos fugaces. Somos momentos, y no duramos más que eso.
Más que un recuerdo.
Más que una estrella.”
Una luz que permanece en la memoria
Durante el acto, varios miembros de la comunidad universitaria recordaron a Arancha como una voz joven y prometedora, cuya sensibilidad poética iluminaba las aulas y los encuentros literarios del campus.
“Hoy su sonrisa, esa que llenaba de vida los pasillos y los versos, permanecerá siempre entre nosotros, convertida en luz, en palabra y en memoria”, expresó uno de sus profesores, visiblemente emocionado.
La Universidad de León trasladó su cariño, apoyo y respeto a la familia, amigos y compañeros de Arancha Barrientos “en estos momentos de inmenso dolor”, recordando que su legado poético y humano seguirá vivo en quienes compartieron con ella su pasión por la palabra.
