¡Mamma mia!

He de confesarles que, aunque la cadena gubernativa me estomaga, de vez en cuando caigo en la tentación de ver alguna película sin los interminables cortes y anuncios de otras cadenas que acaban con mi paciencia (y con mi tiempo).
En ello estaba el pasado domingo, tan tranquila, cuando la 1 de TVE interrumpió la secuela de “Mamma mia” -tributo a las canciones de ABBA en una isla paradisiaca griega- con una intempestiva intervención de Sánchez.
En un primer momento albergué la esperanza de que iba a anunciarnos la tan esperada dimisión de este Presidente del Gobierno agarrapatado en su castillo de naipes que hace aguas por todos los lados; no obstante, ante la falta de exceso de maquillaje y el tono empleado me di cuenta enseguida que no iban por ahí los tiros y que, como en la pandemia, se disponía a darnos la enésima homilía a los televidentes en este caso sobre nuestros compromisos de gasto en defensa con la OTAN.
El mismo Pepito cuando se percató de la temática de la plática me dijo: “nada, nada, falsa alarma, cortina de humo ante tanto escándalo de corrupción”
No les oculto mi disgusto y no solo por interrumpir la película en su mejor momento-que no es que me encante pero que me resultaba entretenida para un domingo a media tarde-sino porque mi Pepito Grillo interior aprovecha para decirme al oído a cada rato, “ésta es la buena, de ésta dimite” y vamos, que no hay forma. El mismo Pepito cuando se percató de la temática de la plática me dijo: “nada, nada, falsa alarma, cortina de humo ante tanto escándalo de corrupción”.
Con independencia del tono de la milonga, que obviamente a estas alturas no se cree ni él, y que barrunto que, como todo lo que hace, tiene una importante trastienda que acabaremos sabiendo y pagando en los años venideros, en esta llamativa alocución dominical el jefe del Ejecutivo realizó algunas afirmaciones que, por culpa de mi oído entrenado en las cuestiones de ingreso y gasto público, me llamaron poderosamente la atención. (Mucho más allá del compromiso de gasto con la Alianza Atlántica de “h” o de “b”, sin Presupuestos Generales del Estado y encima sin pasarlo por el Congreso, que ya saben lo que me parece).
Me recuerda mi Pepito Grillo que hace unos meses se publicó en prensa que el actual Ejecutivo tiene 799 altos cargos y asesores a dedo, habiendo aumentado el personal al servicio de este Gobierno hasta los 160 millones de euros con más de 143 altos cargos y asesores
En esta “declaración institucional”- y si no me creen pueden comprobarlo en you tube- Sánchez afirmó sin despeinarse que aceptar el gasto del 5% propuesto por la OTAN conllevaría gastar unos 350.000 millones de euros adicionales hasta 2035 que sólo se podrían conseguir aumentando unos 3.000 euros anuales en impuestos a los trabajadores, eliminando las prestaciones por desempleo, enfermedad y maternidad, reduciendo un 40% las pensiones o recortando a la mitad la inversión estatal en educación desde los cero años hasta la Universidad. (Casi nada).
Me recuerda mi Pepito Grillo que hace unos meses se publicó en prensa que el actual Ejecutivo tiene 799 altos cargos y asesores a dedo, habiendo aumentado el personal al servicio de este Gobierno hasta los 160 millones de euros con más de 143 altos cargos y asesores
Y no se a ustedes, pero a mí me resulta sorprendente que quien más ha subido los impuestos- el Estado está recaudando como nunca- nos amenace de forma tan directa con seguir en idéntica tónica con 3000 euros por barba nada menos y, no contento con ello, añada recortes en las políticas públicas esenciales más sensibles, sin mencionar ni por asomo los necesarios en otros gastos bien superfluos de los que cada vez que sale Ábalos, Koldo y demás mangantes cada vez somos más conscientes todos los españoles.
Me recuerda mi Pepito Grillo que hace unos meses se publicó en prensa que el actual Ejecutivo tiene 799 altos cargos y asesores a dedo, habiendo aumentado el personal al servicio de este Gobierno hasta los 160 millones de euros con más de 143 altos cargos y asesores que hace una década. Si a ello añadimos otro personal incalificable que trabaja en empresas públicas o mejor, que cobra de las empresas públicas sin trabajar, se me ocurre que quizá exista un nicho de recortes mucho más propicio y que nos va a parecer requetebién a todos sin necesidad de tocar las pensiones de nuestros abuelos.
Seguro que si cada uno reflexiona un poco encontramos entre todos de donde sacar los recursos si finalmente, como me temo, mas pronto que tarde sale la OTAN a enmendar la plana a este Presidente que de credibilidad anda tan justito. ¿Qué tal si el primer recorte empieza por su sueldo?