El tiempo

'Obras son amores, y no buenas razones'

Nos levantamos un día mas con el aire cargado y el cielo teñido de humo, y va para tres semanas por lo que me impongo seguir hablando de lo que nos está pasando en León ya que abordar cualquier otro tema sería una fatuidad...
El incendio de Igüeña, visto a última hora desde la casa rural Begoña.
El incendio de Igüeña, visto a última hora desde la casa rural Begoña.

Nos levantamos un día mas con el aire cargado y el cielo teñido de humo, y va para tres semanas por lo que me impongo seguir hablando de lo que nos está pasando en León ya que abordar cualquier otro tema sería una fatuidad.  

Quién me iba a decir a mí que lo que escribí en la columna anterior iba a tener que ampliarlo a muchas más comarcas leonesas que el fuego se ha empeñado en devastar en este terrible verano de 2025 que ninguno olvidaremos.  Este agosto de 2025 se ha convertido en una pesadilla interminable para esta provincia y sobre todo para todos aquellos que han perdido tanto.      
 
Me van a disculpar la vena académica pero, para entender el calado de nuestra tragedia, nada más ejemplificante que mencionar aquí el elenco de municipios y pedanías que, según sendas órdenes de la Junta de Castilla y León- tuvo que ampliarse la primera- han estado afectados por estos grandes incendios forestales del verano de 2025 que, solo en León, llevan camino de quemar las 120.000 hectáreas. De verdad que impresiona y por eso quiero citarlas todas:  
 
Alija del Infantado (Alija del Infantado, La Nora del Río, Ozaniego y Puente de la Vizana), Acebedo (Acebedo, Liegos, La Uña),  Almanza (Calaveras de Abajo, Calaveras de Arriba y Canalejas), Benuza (Llamas de Cabrera, Pombriego y Santalavilla),  Boca de Huérgano (Boca de Huérgano, Barniedo de la Reina, Los Espejos de la Reina, Llánaves de la Reina, Portilla de la Reina, Siero de la Reina,  Valverde de la Sierra y Villafrea de la Reina),  Borrenes (Borrenes, Orellán, San Juan de Palazuelas y Voces),  Burón (Burón, Casasuertes, Cuénabres Lario Polvoredo,  Vegacerneja),  Cacabelos (Villabuena),  Carucedo (Campañana, Carucedo, El Carril,  La Barosa, Lago de Carucedo, Las Médulas y Villarrando), Carrocera (Piedrasecha y Viñayo),  Castrillo de Cabrera (Castrillo de Cabrera, Marrubio, Noceda de Cabrera y Saceda),  Castrocalbón (Calzada de la Valdería, Castrocalbón, Felechares de la Valdería y San Félix de la Valdería), Castrocontrigo (Pinilla de la Valdería y Pobladura de Yuso), Cea (Monte de Riocamba),  Castropodame, (Villaverde de los Cestos), Cebrones del Río (San Juan de Torres), Destriana (Destriana, Robledo de la Valduerna y Robledino de la Valduerna), Encinedo (Castrohinojo, Encinedo,  Forna, La Baña Losadilla, Santa Eulalia de Cabrera, Trabazos),   Igüeña (Colinas del Campo de Martín Moro e Igüeña), Los Barrios de Luna ( Mora de Luna León, Portilla de Luna, Sagüera de Luna Vega de Caballeros), Lucillo (Boisán, Busnadiego, Chana de Somoza, Filiel, Lucillo, Molinaferrera, Piedras Albas y Pobladura de la Sierra), Molinaseca (Acebo y Riego de Ambrós),  Murias de Paredes (Barrio de la Puente, Fasgar, Posada de Omaña, Torrecillo y Vegapujín), Oencia (Arnadelo, Arnado, Castropetre, Gestoso, Leiroso, Lusio, Oencia, Sanvitul y Villarrubín), Oseja de Sajambre (Oseja de Sajambre,  Pío de Sajambre,  Ribota de Sajambre, Soto de Sajambre,  Vierdes de Sajambre), Palacios de la Valduerna (Palacios de la Valduerna y Ribas de la Valduerna),  Palacios del Sil (Salientes),  Páramo del Sil (Argayo del Sil),  
Peranzanes (Cariseda, Chano, Faro, Guímara, Peranzanes y Trascastro), Ponferrada (Bouzas, Carracedo de Compludo, Compludo, Espinoso de Compludo, Manzanedo de Valdueza, Montes de Valdueza, Palacios de Compludo, Peñalba de Santiago y San Cristóbal de Valdueza), Posada de Valdeón (Caín de Valdeón, Caldevilla de Valdeón, Cordiñanes de Valdeón, Los Llanos de Valdeón, Posada de Valdeón, Soto de Valdeón, Prada de Valdeón y Santa Marina de Valdeón), Pozuelo del Páramo (Altobar de la Encomienda),  Priaranza del Bierzo (Ferradillo), Puente de Domingo Flórez (Castroquilame,  Puente de Domingo Flórez, Robledo de Sobrecastro ,  Salas de la Ribera. San Pedro de Trones,  Vega de Yeres y  Yeres),  Quintana del Marco (Genestacio de la Vega y Quintana del Marco),  Quintana y Congosto (Herreros de Jamuz, Palacios de Jamuz, Quintana y Congosto, Quintanilla de Flórez, Tabuyuelo de Jamuz y Torneros de Jamuz), Riaño (Riaño), Riego de la Vega (Castrotierra de la Valduerna),  San Esteban de Nogales (San Esteban de Nogales), Santa Colomba de Somoza (Andiñuela, Foncebadón, Manjarín, Prada de la Sierra, Santa Colomba de Somoza, Santa Marina de Somoza, Tabladillo, Turienzo de los Caballeros, Valdemanzanas y Villar de Ciervos), Santa Elena de Jamuz (Jiménez de Jamuz, Santa Elena de Jamuz y Villanueva de Jamuz),  Sobrado (Cabarcos, Cabeza de Campo, La Ribera, Sobredo y Santo Tirso de Cabarcos), Soto y Amío (Garaño),  Truchas (Corporales), Valderrueda  (La Espina y Valcuende),  Vega de Espinareda (San Pedro de Olleros), Villablino (Caboalles de Abajo, Orallo, Sosas de Laciana, Villablino) Villafranca del Bierzo (Paradiña y Pobladura de Somoza)  y Villamontán de la Valduerna (Fresno de la Valduerna, Miñambres de la Valduerna, Posada y Torre de la Valduerna, Redelga de la Valduerna, Valle de la Valduerna, Villalís de la Valduerna y Villamontán de la Valduerna).  Si han aguantado hasta aquí habrán visto que es desolador. Esperemos que no haya que ampliarlo a ninguno más.   

Y esta cruda realidad, por desgracia, León la ha compartido con otras provincias limítrofes como Zamora, Palencia, Orense, Lugo, y Asturias. Que conste que incluyo a ésta última un poco a regañadientes porque mira que fueron desafortunadas e insolidarias las primeras declaraciones del presidente asturiano cuestionando la gestión de la Junta de Castilla y León y llegando a decir que “los incendios de fuera son los que nos preocupan”, afirmación que, imagino, obedecía más que otra cosa a la necesidad de contentar a su superioridad.  Los últimos incendios en Asturias demuestran que esa no ha sido la causa y que su territorio se quema igual que el nuestro, sin que en este caso particularmente los leoneses hayamos salido a afearles nada. 
  
Y es que, mal que nos pese, estamos todos en el mismo barco, hermanados por estos incendios arrasadores que están calcinando el noroeste de España; el fuego no entiende de política ni de intereses partidistas, cosa que no tendríamos ni que verbalizar, aunque son muchos los que, a día de hoy, parecen no querer comprenderlo.

Ello supone que las ayudas aprobadas sean claramente insuficientes como, de hecho, reconoció el propio ministro Marlaska

Como considero que quienes se han visto afectados por esta catástrofe son tan ciudadanos de primera como los de cualquiera otra Región de España, no acabo de entender- o quizá prefiero no hacerlo- que en el Consejo de Ministros del martes 26 de agosto, en el que se aprobaba la declaración de zonas de emergencia con las consiguientes ayudas estatales, éstas se limitase al mínimo imprescindible que marca la normativa que,  por cierto, es de 2005 y está completamente desactualizada.  Ello supone que las ayudas aprobadas sean claramente insuficientes como, de hecho, reconoció el propio ministro Marlaska al asegurar que el Ejecutivo podría abrirse, “casi seguro”, a alzar las cuantías establecidas para cada partida ¿Cómo dice, señor ministro? ¿qué podría abrirse…? ¿que “casi seguro”…? 

En el caso de nuestra provincia, los afectados de cada una de las localidades leonesas mencionadas le hubieran agradecido una respuesta clara y no esa especie de “desideratum”  cuando usted  les remite “casi seguro” a una potencial norma posterior, lo que-  aunque quizá no lo haya pensado, sr. ministro- impregna a todos los afectados y, en general, a todos los leoneses, de la desoladora sensación de que les importamos bien poco.  

Esta impresión de sentirnos olvidados y ninguneados se refrenda, además, cuando se nos escatima el penoso protagonismo que arrastramos este verano mezclando, en el acuerdo aprobado,  churras y merinas- es decir, incendios e inundaciones que se vienen sucediendo en casi todas las Comunidades autónomas desde el pasado 24 de junio-; si a ello sumamos las visitas relámpago desde La Mareta  del presidente Sánchez con adeptos y figurantes- que eso sí lo aprendió en la DANA- sin que haya suspendido definitivamente sus vacaciones ante tanta desgracia… en fin.    

Me gustaría recordar al Gobierno de España que hay muchas personas que lo han perdido todo, sus casas, sus empresas, su forma de vida- y no de forma momentánea- y hasta su vida misma, por lo que toda ayuda va a ser bienvenida sin que se pueda escatimar ningún esfuerzo y, sobre todo, sin que los leoneses- y por supuesto quienes están sufriendo este mismo infierno- deban salir mal parados en comparación con los damnificados por otras catástrofes como la DANA en las que estas cuantías se multiplicaron por cuatro.  

En estos momentos tan cruciales en los que los afectados lo que necesitan es un apoyo incontestable de todas las administraciones...

A fecha de hoy, las ayudas aprobadas por Moncloa- 15.120 euros por daños en vivienda habitual y enseres de primera necesidad o 18.000 euros por fallecimiento y por incapacidad absoluta y permanente, por ponerles dos ejemplos que afectan directamente a las personas- no solo se quedan muy cortas sino que podrían llegar a ofender a los afectados si se pretende que entiendan que con 15.000 euros se  puede hacer frente mínimamente a una destrucción que les ha dejado con lo puesto.  

Como si no fuera bastante el terrible vacío emocional que están dejando estos incendios en tanta de nuestra gente, absolutamente irreparable, ahora tienen que bregar atónitos con las ridículas cuantías de los subsidios que pone a su disposición- y seguro que no de forma rápida- el Gobierno de España.
  
En estos momentos tan cruciales en los que los afectados lo que necesitan es un apoyo incontestable de todas las administraciones,  las ayudas estatales ofrecidas se atienen a lo mínimo de lo mínimo escudándose en que están trabajando en la actualización del Real Decreto  307/2005, sin garantizar con rotundidad cuantías muy superiores que, sin duda,  les habrían dado una mayor tranquilidad y, sobre todo, más consuelo. Quizá lo hagan en Decretos leyes posteriores, o tal vez no.  Garantías de que eso se produzca, ninguna. Más allá de ese “casi seguro” del ministro.  Después de siete años en el Gobierno, una DANA y el volcán de la Palma, algo se debería haber aprendido y tiempo ha habido de sobra para haber cambiado esa norma.  

Esperemos que imperen la razón y la justicia y finalmente se haga mayor esfuerzo- mejor, el mayor esfuerzo posible- que también debería estar haciéndose sin perder un minuto para convencer a Europa de que deben socorrerse estos territorios, que en cosas más peregrinas hemos visto gastar en los últimos años los Fondos Europeos. 
 
Afortunadamente en esta oportunidad nuestra Comunidad autónoma les ha ganado la partida tanto en la rapidez para aprobar las ayudas, como en el número de ellas- hasta 45- y lo que cubren,  y, sobre todo, en la cuantía con las que se han dotado. Hay un ejemplo demoledor por comparación: se contempla una ayuda de 185.000 euros para aquellos que hayan perdido sus viviendas, montante que debe tramitarse con absoluta rapidez para que puedan restañar, al menos en esa parte, las profundas heridas que están dejando los incendios. 
 
Como dice el título de la obra de Lope de Vega: “Obras son amores y no buenas razones”.