Radiografía de una derrota
La Cultural y Deportiva Leonesa firmó este sábado una de esas derrotas que obligan a mirar más allá del resultado. El 1-3 encajado ante el CD Castellón, un rival directo que llegaba al Reino de León sin haber ganado aún esta temporada, dejó en evidencia no solo errores puntuales, sino carencias colectivas y un equipo que no supo cómo responder tras encajar dos goles en los primeros diez minutos.
El encuentro dejó una imagen preocupante: un conjunto desdibujado, superado en intensidad, y al que le faltaron tanto físico como soluciones tácticas. Una derrota inesperada que supone un frenazo tras la gran victoria en Santander, y que evidencia que este proyecto aún necesita madurez para ser competitivo con regularidad.
Un arranque que marcó la caída
El equipo de Llona llegaba con confianza tras la exhibición ofensiva ante el Racing, pero el inicio del choque recordó, precisamente, a los peores momentos de aquella primera parte en El Sardinero. Solo que esta vez, el guion se invirtió.
El Castellón, espoleado por el reciente cambio de entrenador, golpeó dos veces antes del minuto diez. Primero tras un error inesperado de Hinojo en la salida de balón; luego, en un despiste colectivo dentro del área. La Cultural no se levantó de ese doble mazazo.
Condicionantes desde el once inicial
El partido comenzó con una sorpresa importante: la ausencia de Brazcic por lesión. Su baja, sumada a la temprana retirada de Quique Fornos por problemas físicos, obligó al debut de Tomás Ribeiro. Una línea defensiva sin automatismos y una estructura que se resintió desde el inicio.
Tampoco ayudó la desconexión en el centro del campo, donde el equipo no logró hacerse con el control ni frenar las transiciones rápidas del rival.
Un medio del campo sin control
La Cultural no logró imponer su ritmo ni hacerse con la posesión. El centro del campo apareció desdibujado, sin capacidad de mando ni continuidad. El Castellón, por su parte, supo cerrar espacios y manejar los tiempos con oficio, anulando cualquier intento de reacción local.
Los errores en el pase, las pérdidas en zonas comprometidas y la desconexión entre líneas fueron una constante. El equipo intentó reaccionar, pero le faltó claridad y, sobre todo, físico.
Falta de gasolina y poca respuesta desde el banquillo
Varios jugadores llegaron muy justos al tramo final del partido y ofrecieron una sensación de un equipo fundido, sin energía para disputar los duelos y sin chispa en ataque.
Los cambios tampoco ofrecieron soluciones claras. Solo la entrada de Manu Justo agitó el encuentro momentáneamente. El delantero reapareció con gol incluido, tras aprovechar un buen centro lateral, pero fue un espejismo: el Castellón respondió rápido y cerró el partido con el 1-3 definitivo.
Detalles que no cambian el relato
El encuentro dejó también algunas notas individuales destacadas. El debut del joven Paco Cortés dejó buenas sensaciones. Atrevido, intenso y con actitud, fue de lo más positivo en una tarde gris.
Por otro lado, Hinojo, habitualmente seguro, tuvo una actuación muy por debajo de lo habitual, con errores no forzados y superado en varias jugadas por su banda.
Y, en el peor desenlace posible, Iván Calero vio la roja directa en los últimos minutos tras dirigirse al cuarto árbitro con un exabrupto recogido en el acta: “Vete a la mierda hombre, vete a la mierda, no me jodas”. Una baja más que sensible para el próximo encuentro ante el Real Valladolid y una acción evitable que resume la frustración colectiva del equipo.
Una derrota que obliga a la autocrítica
El resultado es duro, pero más lo es la forma. El equipo no logró competir durante gran parte del encuentro y, tras un inicio que lo dejó contra las cuerdas, no encontró ni la energía ni el fútbol para revertir la situación.
La Cultural mostró ante el Racing que tiene calidad y pegada. Pero partidos como el de este sábado confirman que aún hay mucho por construir: solidez defensiva, equilibrio físico y alternativas tácticas que permitan adaptarse a escenarios adversos.


