Yolanda Díaz se implica en la crisis de Azucarera y se ofrece a avanzar en soluciones

La ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, se ha comprometido a facilitar contactos y promover soluciones ante la crisis que atraviesa Azucarera La Bañeza. Así lo trasladó durante un encuentro celebrado este martes en Valladolid con la secretaria general de UGT Castilla y León, Sandra Vega, y el presidente del comité de empresa de la planta, Miguel Ángel Arias.
En la reunión, ambas partes trasladaron a Díaz la preocupación por el futuro de la factoría leonesa y la necesidad urgente de que todas las administraciones —Gobierno central, Junta de Castilla y León y administraciones locales— “pongan todas sus herramientas disponibles para garantizar la continuidad del empleo y la actividad industrial”.
Ofrecimiento de reunión en Madrid
La ministra, que ya había tenido contactos previos con la Junta sobre este asunto, se mostró conocedora del problema y aseguró que “no mirará hacia otro lado” en un conflicto que afecta a decenas de familias en la comarca leonesa. Según explicaron los representantes sindicales, Díaz “ofreció una reunión en su despacho en Madrid para profundizar en la búsqueda de soluciones y activar posibles vías de mediación institucional”.
El gesto ha sido valorado positivamente por el comité de empresa, que considera imprescindible que el Ministerio de Trabajo actúe como enlace entre las distintas administraciones y la dirección de la empresa.
Reivindicación de unidad institucional
Tanto UGT como los trabajadores insisten en la necesidad de una “causa común” entre todas las administraciones para evitar el cierre definitivo de la planta o la pérdida de empleos. “Estamos en un momento decisivo y necesitamos compromisos firmes más allá de las palabras”, apuntaron tras la reunión.
La plantilla ha intensificado en las últimas semanas sus contactos con distintos representantes políticos, buscando que la situación de Azucarera entre de lleno en la agenda política autonómica y nacional.
Por el momento, sigue sin haber una solución definitiva sobre la mesa, pero los trabajadores confían en que la implicación del Ministerio de Trabajo pueda marcar un punto de inflexión en las negociaciones.