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Las dificultades para avanzar en el proceso administrativo retrasa la retirada de casi 150 terrazas ahora sin licencia municipal

El Ayuntamiento lanza ultimátums a 144 locales por incumplir la normativa, pero apenas el 5% de las terrazas han superado el proceso técnico tras años de retrasos, falta de personal y una normativa aún sin aplicar
Imagen de una terraza  en el centro de León.
Imagen de una terraza, este viernes, en el centro de León.

El Ayuntamiento de León ha fijado para este lunes el límite para corregir deficiencias en la documentación de las terrazas hosteleras. Sin embargo, este nuevo plazo tampoco supondrá el cierre definitivo del caótico proceso de regularización. 

En concreto, 144 establecimientos han sido advertidos formalmente de que deben desmontar sus instalaciones de forma inmediata o, de lo contrario, lo hará el propio consistorio, repercutiendo los costes en los titulares. La mayoría de estos locales no ha entregado documentación alguna y mantienen sus terrazas en la vía pública desoyendo los requerimientos.

Una ordenanza que no se cumple ni se ejecuta

Aunque la normativa vigente concedía hasta marzo de 2025 para adaptarse, el proceso ha quedado desbordado. De las cerca de 500 solicitudes registradas, apenas el 5% han sido validadas plenamente por los técnicos. 

El resto o siguen sin completar trámites o dependen de una revisión que no llega. La mayoría de los hosteleros opta por mantener las terrazas actuales con estructuras improvisadas como palés o bloques, en espera de una solución que no termina de materializarse.

Falta de personal y abandono del control

La incapacidad de avanzar en el proceso no es solo consecuencia de la documentación incompleta. El Ayuntamiento se enfrenta a una grave falta de personal técnico y a la supresión del equipo de la Policía Local especializado en espectáculos y actividades recreativas, el cual también era responsable de supervisar la instalación legal de las terrazas. 

Esta labor ahora recae en agentes sin formación específica, lo que ha derivado en una vigilancia intermitente y aleatoria, sin criterios claros de intervención.