El tapiz ‘La continencia de Escipión’ recupera su esplendor en el Palacio del Conde Luna
Una joya flamenca recuperada
El Palacio del Conde Luna de León luce desde este jueves una de las piezas más singulares de su patrimonio: el tapiz flamenco ‘La continencia de Escipión’, una obra de 25 metros cuadrados datada en la primera mitad del siglo XVII, restaurada por la Real Fábrica de Tapices en colaboración con el Centro de Oficios municipal.
La intervención, financiada con 18.000 euros por el Ayuntamiento de León, ha permitido devolver la vida a una obra que, según el alcalde José Antonio Diez, se encontraba “encastrada y en pésimo estado” en la Sala de Comisiones del Consistorio de Ordoño II.
“No encajaba por tamaño, estaba mal colocado y maltratado”, recordó el regidor, que calificó su conservación anterior como “muy deficiente, con deterioros estructurales, alteraciones de color, deformaciones en el tejido y fallos en el sistema de protección y suspensión”.
El Palacio del Conde Luna, nuevo escenario
El tapiz se exhibe ahora en el salón de actos del Palacio del Conde Luna, sede del centro de interpretación del Reino de León. “Esta obra que antes no lucía absolutamente nada, ahora va a poder ser vista, disfrutada y puesta en valor por todos los visitantes”, celebró Diez.
La concejala de Acción y Promoción Cultural, Elena Aguado, subrayó que la pieza “completa la planta baja del edificio”, que ya alberga la recreación de los Decreta de 1188, logrando así “una coherencia expositiva” en el recorrido.
El reto de la restauración
La directora de Restauración Textil de la Real Fábrica de Tapices, Verónica García, explicó que el proceso fue “un reto técnico y de ejecución” debido al “compromiso estructural, roturas en la zona inferior y gran cantidad de suciedad acumulada”.
Los primeros trabajos se centraron en analizar la estabilidad de la estructura y los colores antes de proceder a un lavado acuoso y químico. “Tras eliminar la suciedad aparecieron figuras de la cenefa inferior que estaban ocultas”, detalló García.
Posteriormente, se consolidó la estructura con un soporte de lino cosido a la parte posterior y se sustituyó la faja exterior del tejido, cuya última intervención, realizada “probablemente entre 1960 y 1970 por la Asociación de Gremios de Madrid”, se encontraba en un estado “deplorable e irrecuperable”.
La especialista destacó también la colaboración con el Centro de Oficios municipal, que participó en el diseño del nuevo sistema de montaje para “garantizar la conservación del tapiz en el futuro”.