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Muere Antonio Tejero, símbolo fallido del 23-F

El exteniente coronel de la Guardia Civil, condenado por liderar el intento de golpe de Estado de 1981, fallece a los 93 años en Valencia
Antonio Tejero, durante el intento del golpe de estado del 23-F.
Antonio Tejero, durante el intento del golpe de estado del 23-F.

Antonio Tejero Molina, el exteniente coronel de la Guardia Civil que encabezó el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, ha fallecido este jueves en Valencia a los 93 años de edad, según fuentes cercanas a su entorno familiar.

Su nombre quedó grabado en la historia de España tras irrumpir armado en el Congreso de los Diputados al frente de un grupo de guardias civiles durante la sesión de investidura de Leopoldo Calvo-Sotelo, en una acción que buscaba frenar el proceso democrático iniciado tras la dictadura de Franco.

De protagonista del 23-F a preso militar

Nacido en Alhaurín el Grande (Málaga) en 1932, Tejero desarrolló gran parte de su carrera en la Guardia Civil hasta alcanzar el rango de teniente coronel. El 23 de febrero de 1981 se convirtió en el rostro más visible del intento de golpe militar, cuando ordenó a sus hombres tomar el Congreso al grito de “¡Quieto todo el mundo!”.

Tras la rendición de los golpistas y el fracaso de la asonada, fue detenido y juzgado por rebelión militar. En 1983, el Consejo Supremo de Justicia Militar le impuso una condena de 30 años de prisión, agravada por reincidencia, además de la expulsión definitiva del cuerpo y la pérdida de su rango.

Quince años de condena y retiro en Valencia

Tejero cumplió 15 años de prisión en distintos centros penitenciarios militares, entre ellos los de Alcalá de Henares y Santoña. En 1993 accedió al tercer grado penitenciario y tres años después, en diciembre de 1996, obtuvo la libertad condicional.

Desde entonces llevó una vida discreta en Torrejón de Ardoz (Madrid) y posteriormente en Valencia, donde residió hasta su fallecimiento. En los últimos meses, su estado de salud se había deteriorado de forma notable.

Un legado polémico

Figura central en uno de los episodios más decisivos de la transición española, Antonio Tejero se mantuvo siempre firme en su visión del 23-F, sin mostrar arrepentimiento público por su actuación. Su imagen, pistola en mano en el hemiciclo, quedó como símbolo del intento de frenar el avance democrático en España y marcó un antes y un después en la consolidación del sistema constitucional.