Los gigantes del asfalto conquistan Riaño
Riaño, en pleno corazón de la montaña leonesa, se transformó este fin de semana en un museo rodante. Sus calles acogieron a una treintena de camiones clásicos y restaurados que, procedentes de toda España, hicieron una parada en su ruta por el norte peninsular. Para vecinos y turistas, fue una ocasión única de admirar vehículos que marcaron época en la historia del transporte nacional.
Motores que hace décadas surcaron las carreteras del país volvieron a rugir, esta vez en clave festiva y con el orgullo de lucir una nueva vida gracias al trabajo de restauración de sus propietarios.
Pasado y presente sobre ruedas
Los participantes, camioneros y excamioneros de todas las edades, muchos de ellos con décadas de oficio, se dieron cita en Riaño con verdaderas joyas del transporte: desde robustos Pegaso hasta clásicos Volvo, Dodge o Scania, cada vehículo con su historia y su mecánica única.
“Esto no es solo una afición, es una manera de mantener viva una parte del pasado que nos hizo quienes somos”, explicó uno de los conductores llegados desde Galicia.
Un viaje de compañerismo y pasión mecánica
La parada en Riaño forma parte de una ruta más amplia que atraviesa Galicia, Asturias y León, pensada para disfrutar del paisaje, compartir anécdotas y comprobar que estos gigantes de antaño todavía tienen mucha vida por delante. Para sus dueños, esta cita anual es también un reencuentro entre colegas de toda la vida y una oportunidad de poner a prueba las mejoras realizadas en los vehículos.
“No es solo conducirlos, es mantenerlos, cuidarlos y entenderlos. Cada uno tiene su carácter, su historia y sus manías”, comentaba otro participante que viajó desde el País Vasco con un Pegaso de los años 60.
Un espectáculo que une generaciones
Durante su estancia en la localidad, los camiones despertaron la curiosidad de mayores y pequeños. Muchos vecinos se acercaron a fotografiar los vehículos, otros preguntaban detalles técnicos o recordaban viajes de juventud en modelos similares.
“Es como ver la historia moverse por las calles”, decía un vecino de Riaño mientras señalaba un viejo Dodge de color azul brillante. La escena resultó un homenaje al pasado industrial del país, pero también una lección viva de esfuerzo, dedicación y memoria.
Riaño, punto de encuentro de los titanes de la carretera
La elección de Riaño como parada no es casual: su enclave natural y su simbolismo como localidad que renació tras el embalse la convierten en un escenario ideal para recibir a estos vehículos que también han vuelto a la vida. La montaña leonesa respondió con hospitalidad y entusiasmo a estos titanes del asfalto, que siguen recorriendo kilómetros, ahora no por necesidad, sino por pasión.
Como en sus mejores tiempos, estos camiones siguen escribiendo historia. Esta vez, en clave de nostalgia, amistad y motores que se resisten a dejar de sonar.