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Los incendios forestales arrasan 87.068 hectáreas en la provincia en un año récord

De los 13 grandes incendios en León, el de Castrocalbón fue el más devastador, con 12.072 hectáreas de arbolado calcinadas y dos víctimas mortales, sumando más de 16.000 hectáreas desde Zamora
Imagen de la localidad de Castrocalbón tras el paso de las llamas. Foto: Peio García
Imagen de la localidad de Castrocalbón tras el paso de las llamas. Foto: Peio García

Los incendios forestales arrasaron 138.538 hectáreas en 2025 en Castilla y León, un año récord que supone siete veces más que el promedio del último decenio, cuando se ha situado en 19.572 hectáreas. Además, en los últimos diez años se produjeron 1.415 fuegos al año, de media, pero la mayor parte se quedaban en conatos, mientras que este ejercicio la cifra ha sido de 1.212, lo que indica un año muy proclive en la generación de grandes incendios forestales, los que superan las 500 hectáreas. De hecho, se contabilizan 23 de estos trágicos sucesos, 13 de los cuales se radicaron en León, cuatro en Ávila, tres en Zamora, dos en Palencia y uno en Salamanca. Cabe recordar, que algunos de ellos afectaron a más de una provincia.

Incendios forestales en Castilla y León durante 2025 (18cmx18cm)
Incendios forestales en Castilla y León durante 2025.

Según los datos de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, a los que tuvo acceso Ical, a fecha 7 de diciembre se han quemado en Castilla y León 40.108 hectáreas de superficie arbolada, la segunda cifra más alta en los últimos 15 años, tras las 45.200 de 2022. Además, este año se suman 66.278 de matorral y monte bajo y 32.152 de pastos.

Los datos contrastan, por ejemplo, de forma importante con los anotados en 2024, que había sido considerado excelente, y que alcanzó las 4.684 hectáreas, de las que 1.070 fueron arboladas, un 75 por ciento por debajo de la media del decenio. De hecho, el pasado año solo se produjo un gran incendio forestal, en Astorga (León). Sin embargo, el 72,6 por ciento de los incendios forestales se quedó en conato en 2025, con 861, por encima de la media de los últimos diez años (70,1 por ciento), pero un 13 por ciento (157 fuegos) afectó más de cinco hectáreas.

El oeste, el más perjudicado

Otro dato relevante en la campaña de 2025 es que la mayor parte de los grandes incendios, 17, se declararon en la zona oeste de la Comunidad, y más concretamente en aquellas comarcas en las que el nuevo Infocal, que se estrenó este año, consideraba, según su metodología, que el fuego tiene la consideración de “peligro en el territorio”, obtenido como la “combinación del peligro de propagación debido al territorio y el peligro de consolidación de los incendios”.

El peligro de propagación depende de las condiciones de combustibilidad, pendiente y orientación y la frecuencia de incendios; y el de consolidación, según el documento, deriva de la magnitud que alcanzan o pueden alcanzar los incendios en relación con la productividad potencial del territorio, la sequía estival y la frecuencia de incendios forestales significativos con una superficie mayor de 50 hectáreas.

Así, más de nueve de cada diez de las casi 140.000 hectáreas arrasadas en total en la Comunidad fueron calcinadas en León (87.068), Zamora (27.896) y Salamanca (11.373 hectáreas). El porcentaje baja levemente, al 85,7 por ciento, si se refiere únicamente a superficie arbolada, con un total de 34.379 hectáreas de las algo más de 40.000 que se quemaron en Castilla y León. De este desglose, León fue de nuevo la peor parada, con 28.112 hectáreas, seguida de Zamora, con 5.901, que aglutinan casi todo este tipo de suelo, ya que en Salamanca solo que calcinaron 364 hectáreas, en una provincia donde lo que más ardió fueron los pastos, con algo más de 10.000 hectáreas, según los datos de Inforcyl.

Las otras seis provincias se reparten lo que falta de las cenizas del pastel. Si se observa el dato de superficie global, el diez por ciento restante se quemó, prácticamente, en Ávila, con 6.796 hectáreas, y Palencia, con 4.540, ya que Burgos, Segovia, Valladolid y Soria no llegan al millar de hectáreas entre las cuatro. Si el análisis baja únicamente al arbolado, tanto Ávila como Palencia presentaron datos similares, con 2.733 y 2.584 hectáreas, respectivamente. El resto, menos de 500 entre las cuatro provincias.

Grandes incendios

De los 23 grandes incendios, la mitad fueron provocados por causas naturales (rayos), mientras que siete tienen carácter intencionado, uno por negligencia, otro más accidental, otro reproducido y un último cuyo origen se desconoce. Estos fuegos arrasaron en la Comunidad con 138.122 hectáreas, es decir, el 99,6 por ciento de toda la superficie, y calcinaron 38.206 de arbolado, el 95,2 por ciento del total.

La mayor parte se produjeron en la provincia de León, con 13 de ellos, que acabaron con 85.099 hectáreas, de las que 27.800 correspondían a arbolado. Solo el incendio de Castrocalbón acabó con 12.072 hectáreas de este tipo de superficie. Cabe recordar que este fuego, que acabó con dos vidas humanas, llegó desde Molezuelas de la Carballeda (Zamora), término en el que ya había quemado otras 4.163 hectáreas de arbolado, con lo que suma más de 16.000.

Precisamente Zamora es la otra provincia más dañada, con 25.962 hectáreas quemadas por tres grandes incendios: el de Molezuelas, el de Porto y el Gallegos del Río. Entre los tres se llevaron por delante 5.203 hectáreas de arbolado, mientras que el resto corresponden a pastos, matorral y monte bajo. En Salamanca ardieron 10.250 hectáreas por culpa de un solo gran incendio, en Cipérez, pero ni un solo kilómetro cuadrado de arbolado, según los datos.

Mención aparte merecen también Ávila y Palencia, las otras dos provincias afectadas este verano por los grandes incendios. En la primera de ellas, con el recuerdo de los fuegos de Navalacruz y La Paramera en en esta década, se registraron cuatro incendios de estas características, que arrojaron un saldo de 6.628 hectáreas quemadas, una tercera parte de arbolado. Y en Palencia, dos de estos fuegos superaron las 500 hectáreas, en Cervera de Pisuerga (que se mezcló con el de Barniedo de la Sierra, en los Picos de Europa leoneses), y en Guardo. Entre los dos arrasaron con 4.183 hectáreas, 2.512 de ellas de arbolado.