La importancia de 'enfriar' un partido
La Cultural y Deportiva Leonesa logró resistir en el estadio José Zorrilla gracias a un plan milimétricamente diseñado por su técnico, José Ángel ‘Cuco’ Ziganda. El 4-4-2 que dibujó desde el minuto 1 se transformó en una muralla en la segunda mitad que obligó al Real Valladolid a estrellarse una y otra vez contra una defensa férrea y bien ordenada.
El valor de "enfriar" el partido
Más allá del planteamiento táctico, la clave del choque estuvo en el control del ritmo. Los pupilos de Ziganda supieron parar el juego cuando fue necesario, repartir esfuerzos y llevar el duelo a un terreno incómodo para su rival.
El resultado: una segunda parte que se estiró hasta los 52 minutos y 6 segundos, con siete totales de añadido, pero en la que solo se disputaron 26 minutos efectivos de balón en movimiento.
El resto, otros 26 minutos y 6 segundos, se esfumaron entre interrupciones, saques y faltas tácticas. Un registro que dejó el ratio de juego en un 50%, dentro de lo 'habitual' en una Segunda División en la que se manejan medias similares, entre el 45% y el 50% en las posiciones más extremas.
Un punto de prestigio en terreno hostil
La Cultural salió viva de uno de los campos más exigentes de la categoría, con el mérito añadido de haber sabido gestionar la presión de los casi 20.000 espectadores que poblaban Zorrilla. El equipo ahora de 'Cuco' Ziganda, acostumbrado a sufrir lejos del Reino, firmó una segunda parte de resistencia numantina y disciplina coral.
Ese oficio, basado tanto en la entrega como en la administración inteligente del cronómetro, permitió a los leoneses llevarse una gran victoria y demostrar que en el fútbol de plata no siempre gana el que más juega, sino el que mejor sabe sobrevivir al partido.