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Un premio 'Gordo' con polémica

El dueño de Ezequiel pide asumir una quita en el premio para que los vecinos de Villamanín puedan cobrar 'El Gordo'

El empresario pide un acuerdo entre los ganadores tras el error que dejó sin respaldo 4 millones  Son más de 20 millones de euros y es una pena que se queden ahí", ha asegurado en Hoy por Hoy
Ezequiel García, principal empresario de la localidad y uno de los afectados, ha defendido públicamente la necesidad de un acuerdo entre los premiados para evitar un conflicto judicial de largo recorrido.
Ezequiel García, principal empresario de la localidad y uno de los afectados, ha defendido públicamente la necesidad de un acuerdo entre los premiados para evitar un conflicto judicial de largo recorrido.

La polémica por el reparto del Gordo de la Lotería de Navidad en Villamanín sigue abierta tras confirmarse un desfase de cuatro millones de euros en el premio correspondiente al número 79.432. Ante esta situación, Ezequiel García, principal empresario de la localidad y uno de los afectados, ha defendido públicamente la necesidad de un acuerdo entre los premiados para evitar un conflicto judicial de largo recorrido.

Llamamiento al consenso.

En declaraciones realizadas este lunes en el programa Hoy por Hoy de la Cadena SER, el propietario del restaurante Casa Ezequiel y de la conocida marca de embutidos que lleva su nombre reclamó aceptar una reducción proporcional del premio. “Mi opinión desde el principio es aceptar una ‘quita’ y cobrar el premio que está ahí”, señaló en antena, apelando a la responsabilidad colectiva para cerrar una situación que ha pasado de la euforia inicial a un fuerte malestar vecinal.

Un error en las participaciones.

El origen del problema está en la venta de un taco extra de 50 participaciones, a cinco euros cada una —de los que se jugaban cuatro—, que no contaban con el respaldo de los diez décimos necesarios. La comisión de fiestas del pueblo, formada mayoritariamente por jóvenes, fue la encargada de distribuir las participaciones, muchas de ellas a través del propio establecimiento de Ezequiel García, que también conservó junto a su familia cuatro papeletas premiadas.

Una asamblea marcada por la tensión.

El empresario relató en la Cadena SER el clima vivido en la reunión celebrada el viernes 26 de diciembre, cuando la comisión trató de explicar lo sucedido a los vecinos. “Ha pasado de esa alegría a una asamblea tensísima, con muchos reproches y una solución que no se ve llegar de ninguna manera porque es mucha gente implicada y cada uno tiene su opinión”, describió.

En ese encuentro se planteó asumir de forma conjunta la pérdida de los cuatro millones para redistribuir el premio. Según explicó García, algunos asistentes presionaron a los miembros de la comisión para que aportaran también sus premios individuales: “Forzaron a los chavales a decir que tenían que ceder todos sus premios”.

Un acuerdo condicionado.

A la propuesta se sumarían los 400.000 euros aportados previamente por la comisión, procedentes de un décimo premiado, además de las cantidades personales de sus integrantes, lo que reduciría la quita individual. Sin embargo, todo queda supeditado a que no se presenten denuncias, un extremo que todavía genera división entre los numerosos ganadores.

García reconoce la complejidad del escenario y el impacto social que está teniendo en Villamanín. “Es difícil el acuerdo porque además de gente del pueblo hay gente de más sitios… El pueblo está muy dividido”, lamentó, insistiendo en la necesidad de voluntad colectiva para recuperar la convivencia.

Evitar la vía judicial.

El empresario defendió de nuevo una salida pactada frente a un proceso judicial incierto. “Renunciamos a un 10% o un 8%, lo que estimen ellos que cubra el dinero que tienen; otra opción es judicializarlo por años”, argumentó en Hoy por Hoy. También quiso dejar claro que, a su juicio, no hubo mala fe: “Tengo claro que fue un despiste, es gente sin experiencia y no ha sido mala fe”.

La comisión de fiestas había previsto destinar el euro adicional de cada participación a financiar las fiestas de verano, pero el error ha derivado en un conflicto que mantiene en vilo a una localidad.