'Bierzo Hub': ni rastro del proyecto estrella de la Junta para impulsar El Bierzo con un fondo financiero de hasta 500 millones

Ocho años después de los primeros pasos como antesala de su anuncio oficial, el proyecto 'Bierzo Hub', impulsado por la Junta de Castilla y León en 2017, se ha perdido en el desierto. Aquel plan estratégico, que prometía transformar la economía de la comarca berciana a través del impulso agroalimentario, nunca pasó del papel. Ni las inversiones prometidas ni las actuaciones anunciadas vieron la luz.
Fue el entonces presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, quien presentó este proyecto como “una nueva energía para el Bierzo”. Contaba con una inversión inicial de 15,8 millones de euros hasta 2020, que posteriormente debía superar los 30 millones. Ocho años después, ni el parque agroalimentario prometido ni el innovador sistema de "agrotutores" se han materializado. Los empresarios bercianos, aunque resignados, no ocultan su decepción.
Desilusión en el sector agroalimentario
"Es un proyecto perdido, como otros muchos", lamenta un empresario del sector que prefiere mantenerse en el anonimato. Y no es el único. Otros productores recuerdan cómo se les culpó de no apostar por la iniciativa, cuando en realidad la recibieron con entusiasmo: "Nos dijeron que éramos nosotros los que no queríamos esa idea, cuando la realidad es que necesitamos ayuda en todo el sector primario, desde la producción hasta la exportación", explican a Heraldo de León.

La falta de ejecución del plan ha supuesto, según apuntan varios implicados, la pérdida de una oportunidad clave para consolidar y modernizar el producto local. "Se tiró todo por tierra", critican en una jornada en la que trasladan productos a la capital.
Un impulso que nunca llegó
En su presentación, Herrera aseguró que el 'Bierzo Hub' sería un modelo integral y dinámico de desarrollo rural basado en el sector agroalimentario, el turismo y el medio forestal. El programa contemplaba 24 medidas para productores, transformadores y comercializadores, además de fases de formación, asesoramiento empresarial y un instrumento financiero con respaldo europeo.
Jornadas de presentación con empresarios.
Identificación de potenciales del sector agroalimentario.
Talleres en municipios del Bierzo.
Detención de nichos de mercado y oportunidades.
Asesoramiento individualizado (agrotutores).
Apoyo financiero a nuevos negocios.
-Productores locales desilusionados y resignados.
-Oportunidad perdida de consolidar el producto local.
-Ausencia total de infraestructura o desarrollo previsto.
Se prometió incluso un parque agroalimentario rural pionero en Castilla y León, apoyado con figuras como la del “agrotutor” y líneas de financiación que, en teoría, facilitarían préstamos de hasta 520 millones. Nada de eso existe hoy.
Silencio administrativo y resignación empresarial
Desde entonces, el silencio institucional ha sido casi absoluto. La Junta no ha vuelto a informar sobre avances del proyecto ni ha rendido cuentas sobre el destino de las inversiones anunciadas. "Ya no conduce a nada denunciarlo, lo único que haría sería traer más problemas", comenta otro empresario. La sensación general es de abandono y desconfianza.
A pesar de contar con siete marcas de calidad —el mayor número de la comunidad— y miles de productores, El Bierzo sigue esperando el impulso prometido. En lugar de convertirse en el motor de la transformación rural que se proyectó, el 'Bierzo Hub' se ha convertido en un ejemplo más de cómo las promesas políticas no siempre llegan a hacerse realidad.

Herramienta integral
El 'Bierzo Hub' nació como una herramienta integral para transformar la economía de la comarca desde sus cimientos. En su diseño original, el plan pretendía dinamizar el sector agroalimentario mediante una estructura de tres fases: sensibilización, formación y emprendimiento. Estas etapas contemplaban desde talleres y jornadas formativas en los municipios hasta asesoramiento personalizado para la creación de nuevas empresas, con apoyo financiero adaptado a las necesidades del entorno rural. La idea era articular un ecosistema productivo interconectado, apoyado por instituciones y centrado en el aprovechamiento de los recursos naturales, culturales y gastronómicos del Bierzo.
Entre sus propuestas más ambiciosas figuraba la creación del primer parque agroalimentario rural de Castilla y León, un espacio diseñado para aglutinar la producción, transformación y comercialización de productos locales bajo criterios de calidad y sostenibilidad. También se planteó una figura inédita en la Comunidad, la del "agrotutor", un técnico encargado de acompañar a los emprendedores desde el diseño inicial de sus proyectos hasta su consolidación.
Con estas herramientas, la Junta pretendía ofrecer una respuesta estructural al problema del despoblamiento, el desempleo juvenil y el escaso relevo generacional en el campo. Sin embargo, a pesar de lo innovador del planteamiento, el plan quedó paralizado sin llegar a aplicarse, dejando tras de sí un rastro de expectativas incumplidas.