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El alcalde de Huelva que se enamoró de León

Juan Ceada, el alcalde que transformó Huelva y se enamoró de León | El histórico exalcalde onubense, autor del renacer urbano de su ciudad, confiesa su profunda admiración por León, “una ciudad de reyes, de historia y de calma”, a la que acude regularmente
Juan Ceada, este miércoles, en una céntrica cafetería de León capital.
Juan Ceada, este miércoles, en una céntrica cafetería de León capital.

Pasea por las calles del casco histórico de León con una sonrisa discreta, disfrutando del anonimato que la ciudad le concede. Juan Ceada Infantes, exalcalde de Huelva y una de las figuras más influyentes de la vida pública andaluza, confiesa con emoción: “Me encanta León. Me siento bien cada vez que vengo. Aquí me encuentro en paz”.

A sus 84 años, Ceada —Medalla de Oro de la Universidad de Huelva y Gran Cruz de la Marina Naval Española— mantiene intacta la curiosidad que lo llevó, hace décadas, a transformar su ciudad natal. Sin embargo, es en León donde asegura haber encontrado “el sosiego que da el tiempo”.

“León me hace reposar, me lleva a la calma. Es una ciudad que huele a historia y a nobleza, pero también a serenidad. Me gusta perderme por sus parques y tomar café mientras escucho hablar a la gente”, comenta.

Una historia de amor con raíz leonesa

El vínculo de Ceada con León tiene nombre propio: Manuela Alonso, su esposa desde hace dos décadas, natural de la capital leonesa. La pareja se conoció casualmente en Madrid y, desde entonces, León forma parte de su vida cotidiana.

“Manuela me enseñó la ciudad paso a paso, con la paciencia de quien te muestra algo propio. Desde la Catedral hasta el Húmedo, pasando por San Marcos o el Paseo de Papalaguinda. En estos años he aprendido a mirar León con sus ojos”, añade.

No es extraño verlos caminando por el centro de León o tomando un vino en el barrio romántico. “Nos gusta venir tranquilos, sin prisas, sin ruido. En León encuentro algo que no se compra: el silencio amable”, resume Ceada.

El alcalde que cambió Huelva

Aunque su amor por León es sincero, Ceada no olvida su identidad onubense. Su nombre está ligado al gran cambio urbanístico que experimentó Huelva en los años ochenta y noventa: la creación del Hospital Juan Ramón Jiménez, la Universidad de Huelva, la recuperación de la Casa Colón y el impulso del puente sobre el Odiel.

“Cuando llegué al Ayuntamiento, Huelva era una ciudad poco amable, con barrios separados y poco futuro. Logramos darle cohesión, abrirla al mar y dotarla de servicios. Fue una época de ilusión colectiva”, recuerda.

En su honor, Huelva bautizó con su nombre el Parque Alcalde Juan Ceada Infantes, un espacio de 14 hectáreas con lagos, un jardín botánico, jardines y esculturas. “Me hace gracia cuando me dicen que paseo por ‘mi’ parque. Lo importante es que la gente lo disfrute”, comenta entre risas.

De la política a la poesía y las energías renovables

Tras dejar la política activa, Ceada se adentró en el mundo de las energías renovables, convirtiéndose en asesor de varios proyectos eólicos y fotovoltaicos. “Huelva será, en pocos años, una potencia verde. Tenemos sol, viento y talento para lograrlo”, afirma con convicción.

Pero su otra gran pasión es la palabra. En su libro 'En Europa hacen falta poetas', Ceada mezcla pensamiento y sentimiento con la misma naturalidad con que habla de ciudades o personas. Algunos de sus últimos poemas están dedicados precisamente a León y a sus gentes.

“Todos tenemos un poeta dentro. León me inspira versos de piedra y aire, porque aquí la historia se toca con la mano”, afirma.

Un puente entre el sur y el norte

Juan Ceada, onubense de alma y leonés de corazón, encarna el vínculo entre dos geografías que parecen opuestas, pero que él une con afecto y sensibilidad. “Huelva me dio el impulso, León me da la paz”, resume.

Mientras pasea por el Parque de San Francisco o se detiene ante la Basílica de San Isidoro, el hombre que modernizó Huelva vuelve a ser, simplemente, un visitante más fascinado por León.

“Aquí nadie me mira por lo que fui, sino por lo que soy: un hombre que se siente bien en esta ciudad. Y eso, créame, es un lujo que no tiene precio”, afirma.