Una discusión previa a la caída mortal en El Crucero complica la situación del principal acusado
La segunda jornada del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de León por la muerte de un joven que cayó desde un quinto piso del barrio de El Crucero en agosto de 2021 ha vuelto a dejar más preguntas que respuestas.
Los testigos presenciales no vieron la caída, pero varios coincidieron en haber escuchado una fuerte discusión minutos antes del suceso. Según el relato aportado por la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), una vecina oyó gritos y la voz de la víctima exclamando “¡no, no, no!” justo antes de que el cuerpo impactara en el patio de luces del inmueble situado en la calle Laureano Díez Canseco.
El joven fallecido, que tenía reconocida una discapacidad del 65 %, fue encontrado tendido en el suelo sin que los dos compañeros con los que convivía intentaran auxiliarlo. Esa omisión es la base del delito de omisión del deber de socorro que pesa sobre los dos acusados, ambos okupas del edificio.
Una vista marcada por la ausencia de una de las sospechosas
La jornada de este martes estuvo también marcada por la ausencia de la investigada secundaria, quien decidió no acudir al juicio. Su abogada reconoció ante el tribunal que no podía garantizar su presencia en la sesión del miércoles, en la que se prevé la exposición de las conclusiones finales.
Pese a ello, el magistrado presidente del tribunal decidió continuar la vista oral para no alterar el calendario previsto, ya que el jurado popular deberá deliberar el jueves sobre la culpabilidad o inocencia de los procesados.
El principal acusado, pareja de la mujer ausente en el momento de los hechos, mantuvo la misma línea defensiva: asegura no haber empujado a la víctima y niega su implicación directa en la caída. Sin embargo, su conducta posterior —abandonar el piso sin avisar a emergencias— es uno de los elementos que el Ministerio Fiscal considera incriminatorios.
Las versiones policiales, entre la sospecha y la falta de pruebas
Durante la sesión declararon por videoconferencia varios agentes de la Policía Nacional, además de los funcionarios de la Policía Local que fueron los primeros en acudir al lugar de los hechos la mañana del 31 de agosto de 2021. Todos coincidieron en señalar que no existen testigos directos de la caída, pero sí una serie de indicios que apuntan a un contexto violento previo.
Uno de los testimonios más extensos fue el de la responsable de la UDEV, que relató cómo una vecina aseguró haber visto a una mujer bajar corriendo tras el impacto y decirle: “No llames, que se ha tirado él”. Aunque la testigo se negó a identificar formalmente a la sospechosa, los investigadores señalaron que su reacción y posterior contradicción generaron dudas sobre la versión ofrecida.
El jurado, ante un caso con más sombras que certezas
A falta de las conclusiones del miércoles, el jurado deberá decidir si las contradicciones de los acusados y la falta de auxilio a la víctima constituyen prueba suficiente para dictar una condena.
Hasta ahora, las declaraciones han reforzado la idea de que la víctima no se arrojó voluntariamente, aunque no existen pruebas directas de un empujón o agresión.
El proceso, seguido con expectación en León por lo insólito del caso y por el contexto de convivencia en un edificio ocupado, entra ahora en su recta final con un relato judicial que, más de cuatro años después, sigue marcado por el silencio, las ausencias y la incertidumbre.
