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El Nazareno vuelve a casa con el himno a León como despedida en Roma

La Cofradía del Dulce Nombre regresa emocionada a León tras una histórica procesión en Roma, marcada por los acordes del himno leonés en el aeropuerto de Fiumicino

El Himno a León resonó este domingo en el aeropuerto de Fiumicino como colofón a una experiencia única. Así despedía Roma a la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, que regresó a su ciudad natal con el corazón lleno de orgullo y emoción tras participar en la Gran Procesión del Jubileo de las Cofradías.

“Un momento que quedará en nuestras retinas y en nuestra historia para siempre”, afirmaban los hermanos mientras embarcaban rumbo a casa.

León desfiló por Roma

Durante más de seis horas, el conocido como ‘señor’ de León procesionó por las calles de la capital italiana, acompañado por miles de fieles y por las imágenes del Cristo de la Expiración de Sevilla y la Esperanza de Málaga, además de cofradías de Francia, Portugal e Italia. A pesar de la amenaza de lluvia, que obligó a recoger el cortejo ‘en ordinaria’, el paso leonés dejó una profunda impresión en la ciudad eterna.

La Cofradía viajó con una representación de cerca de un millar de leoneses, entre cofrades, familiares y acompañantes, en tres autobuses y dos vuelos chárter fletados por la agencia Bentravel. Muchos de ellos participaron también en la misa inaugural del Pontificado del Papa León XIV.

Apoyo institucional y devoción sin fronteras

La procesión contó con una significativa representación institucional. Entre los que ayudaron a pujar al Nazareno por las calles romanas estuvieron el obispo de León, Luis Ángel de las Heras, el consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, y el alcalde de León, José Antonio Díez. Todos ellos coincidieron en calificar la experiencia como “una lección de fe, respeto y cultura”.

Desde la Cofradía subrayaron que el paso por Roma fue “una muestra de la fuerza, el orden y la solemnidad de la Semana Santa leonesa”, que traspasó fronteras para hacerse visible en uno de los escenarios más simbólicos del cristianismo.

Un eco que permanecerá en la historia

El broche final, con el Himno a León sonando entre abrazos, lágrimas y maletas en el aeropuerto de Fiumicino, simbolizó el regreso de una ciudad que, por unos días, trasladó su alma a Roma. La emoción fue compartida por cofrades y peregrinos, muchos de los cuales no pudieron evitar las lágrimas ante una despedida tan simbólica.

De vuelta a León, los hermanos del Dulce Nombre se saben protagonistas de un momento histórico, conscientes de haber llevado el nombre de su tierra y su fe a lo más alto. Como resumía uno de los participantes: “Nos llevamos Roma en el corazón, pero dejamos en Roma un pedazo de León”.