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Silicona, vigilar, robar y desaparecer: los vecinos afectados por robos en los últimos días en León piden que se estreche la vigilancia

Robos silenciosos inquietan a vecinos de los barrios de Santa Ana, La Palomera y la Universidad | "Solo buscan efectivo y joyas. Dejan marcas con silicona en las puertas y es bueno dar a conocer lo sucedido", aseguran a Heraldo de León

Con la llegada de agosto y las vacaciones de verano, varios barrios de León han registrado una serie de robos aislados en viviendas. Las zonas más afectadas han sido Santa Ana, La Palomera y el entorno de la Universidad, donde se han producido acciones que han coincidido con la ausencia de los propietarios.

Desde la Policía Nacional se insiste en que no hay un repunte inusual de la delincuencia. "Es algo que ocurre cada verano en todas las provincias y que responde a las vacaciones y la ausencia de propietarios en sus viviendas", aseguraron fuentes policiales a Heraldo de León. Sin embargo, la inquietud entre los vecinos es notable.

“Marcaron la puerta de mis padres con hilos casi invisibles”

Uno de los testimonios más cercanos es el de Raúl, vecino del barrio cuya familia fue directamente afectada por uno de estos robos. Relata que, al regresar de unos días fuera de la ciudad, en Asturias, recibió una llamada de su padre que le hizo sospechar de inmediato: "Al regresar de Asturias, donde habíamos pasado unos días, dejamos a mis padres y nos fuimos para casa. De camino, mi padre nos llamó para decir que les habían robado", narra con angustia.

Los ladrones, como en otros casos detectados por la Policía, utilizaron una técnica simple pero eficaz: hilos finísimos de silicona en las puertas. "Dejan marcas con silicona en las puertas para ver si estás. Son marcas imperceptibles porque parecen telas de araña", explica Raúl.

Según comenta, no se llevaron objetos electrónicos ni dispositivos nuevos, sino que parecían saber exactamente qué buscar. "Solo buscan efectivo y joyas. Mi padre tiene un ordenador nuevo, casi sin estrenar, y ni lo tocaron", lamenta en su relato a Heraldo de León.

Métodos antiguos y poco sofisticados

Los ladrones han utilizado técnicas tradicionales como el uso de esos hilos de silicona entre puerta y marco para comprobar si las viviendas permanecen vacías. "Hacen marcas en los telefonillos y en las puertas, pero nada sofisticado", señalan fuentes policiales.

Este sistema les permite verificar, con varios días de diferencia, si las marcas permanecen intactas, lo que indica que nadie ha entrado a la vivienda y, por tanto, es un objetivo susceptible de ser asaltado.

Recomendaciones de la Policía Nacional

-Avisar a un vecino de confianza si se va a ausentar varios días.
-No dejar señales visibles de que la vivienda está vacía.
-Revisar las cerraduras y portales.
-Informar de cualquier comportamiento sospechoso.
-Denunciar cualquier indicio de marcaje en la puerta o telefonillo.

El caso de Andrés

Otro de los robos tuvo lugar en la céntrica calle Murias de Paredes, a pocos metros de la Plaza Mayor, donde Andrés y su familia fueron víctimas mientras estaban de vacaciones. A su regreso, encontraron la puerta aparentemente intacta pero manipulada.

"Los pestillos no estaban echados, y yo sí que los había echado antes de irnos. Cuando entramos vimos los cajones abiertos, la ropa tirada y los documentos desordenados. Fue un robo durante la noche porque una luz estaba encendida", relata.

La Policía confirma que estos robos son cometido por profesionales que no buscan el enfrentamiento sino un botín inmediato que se obtenga sin problemas: "Saben cómo forzar las puertas, tienen herramientas propias de un cerrajero y no hacen destrozos en las puertas".

Precaución sin alarmismo: la clave está en la vigilancia vecinal

Pese al temor generado por estos robos, desde la Policía Nacional se recalca que no hay datos que apunten a una actividad delictiva más intensa de lo habitual. Los robos estivales son frecuentes en toda España y, en muchos casos, están vinculados a grupos itinerantes que aprovechan la ausencia de los inquilinos para actuar.

Las autoridades instan a mantenerse alerta pero sin caer en el alarmismo. Se recomienda evitar señales visibles de ausencia —como buzones llenos o persianas bajadas durante días—, revisar puertas y cerraduras, y, sobre todo, colaborar entre vecinos.

"Es bueno dar a conocer lo sucedido para que la gente sea precavida", concluye Raúl, convencido de que la prevención colectiva puede marcar la diferencia en la seguridad del barrio.