Un verano negro y ruinoso en hoteles y restaurantes en León: "Ha sido catastrófico"
La campaña estival deja un balance devastador para bares, restaurantes, hoteles y, sobre todo, turismo rural en la provincia de León. “El verano ha sido desastroso”, resume Paula Álvarez, gerente de la Asociación de Hostelería de León. “A nivel provincial el verano ha sido catastrófico”, insiste, tras unas semanas marcadas por los incendios y por un agosto que, en sus palabras, “ha sido el peor al menos de la última década”.
Un agosto parado
Las estimaciones satelitales de EFFIS-Copernicus sitúan la superficie quemada en León en más de 100.000 hectáreas y la elevan “hacia 120.000” en los momentos más críticos de la ola de fuegos de agosto.
Y ante esos incendios la reacción del mercado turístico fue inmediata. “Las cancelaciones han sido totales”, explica Álvarez, que detalla la cascada de anulaciones en reservas y eventos a medida que se multiplicaban los focos.
“Se cancelaron excursiones y agencias de viajes que tenían programación de visitas con actividades a causa de los incendios y nadie quiso venir además de que las autoridades aconsejaban no desplazarse a las zonas afectadas lógicamente y tampoco a las zonas próximas”, señala.
Del 70% de ocupación en julio… al desplome en agosto
La gerente recuerda que el arranque del verano fue aceptable: “El mes de julio se mantuvo la expectativa con ocupaciones en hoteles del 70% y con una buena presencia de clientes en la hostelería, pero agosto ha sido al menos de la última década”.
“El humo ha provocado cancelaciones que han afectado hasta la capital”, subraya Álvarez. La afectación no se limitó a áreas rurales o comarcas cercanas a los frentes: hoteles urbanos, restaurantes y cafeterías de León ciudad vieron caer reservas, grupos y eventos en fines de semana tradicionalmente fuertes.
Turismo rural: “Una ruina”
El impacto más severo, admite el sector, se concentra en las casas rurales y alojamientos de naturaleza: “Ha sido una ruina para las casas rurales con pérdidas millonarias”. La combinación de incendios activos, humo persistente y recomendaciones de prudencia dejó sin viajeros a valles y montañas que viven del verano, desde la Cabrera y Omaña hasta Laciana y El Bierzo. “Es una ruina, insisto. Tanto en hostelería como en hoteles ha sido un verano para olvidar”, zanja Álvarez.
Efecto dominó en la economía local
La caída del turismo arrastra a proveedores de alimentación y bebida, transporte de viajeros, empresas de actividades y comercios. Con miles de hectáreas ardidas en León y Castilla y León la sensación general es de desplome económico.
La Asociación de Hostelería de León reclama coordinación institucional, campañas de reposicionamiento del destino, ayudas directas a negocios con pérdidas acreditadas y un plan específico para el turismo rural que garantice liquidez y preserve el empleo mientras se recuperan senderos, recursos naturales y oferta de actividades.