Asaja respalda la compra de los activos de la cooperativa LAR por Agrocantabria

La organización Asaja León ha valorado “positivamente” la decisión del Juzgado de lo Mercantil de adjudicar los activos de la cooperativa LAR, en concurso de acreedores desde hace meses, a la también cooperativa Agrocantabria. El proceso pone fin a uno de los episodios “más bochornosos” que ha vivido el sector agrario provincial, según ha señalado la propia organización agraria en un comunicado.
ASAJA afirma haber seguido de cerca, aunque con discreción, la evolución del proceso desde la presentación de la oferta de compra y considera que esta adjudicación es una buena noticia por tres razones principales: la solvencia de Agrocantabria como entidad compradora, la experiencia en León del actual director general, Jacobo Alonso Santos, y el compromiso de asumir la totalidad de la deuda pendiente con agricultores y ganaderos.
El maíz como eje futuro del negocio
Aunque Asaja reconoce que desconoce los planes concretos que Agrocantabria tiene para los activos adquiridos, supone que la estrategia irá enfocada principalmente hacia el negocio agrícola vinculado a la producción de maíz, uno de los cultivos más representativos de la comarca del Órbigo.
En cambio, se da por hecho que el sector ganadero, antaño clave en la cooperativa LAR, no será prioritario, debido a su peso decreciente en la zona y a que los ganaderos ya se han reubicado en otras empresas del sector lácteo. “No querrán volver a vivir nuevas aventuras tras lo ocurrido”, reflexiona la organización.
Un cierre que deja heridas abiertas
Asaja no oculta su dura crítica a la gestión que condujo a la quiebra de la cooperativa LAR, calificándola como “negligente” e incluso como una de las páginas más oscuras del cooperativismo leonés. En este sentido, señala directamente al gerente de la entidad, alude a la “falta de rigor” de los informes de auditoría, y censura también la dejadez de los órganos de dirección, así como la irresponsabilidad de las entidades bancarias, que autorizaron operaciones de financiación “temerarias”.
“El sector agrario no merece este tipo de gestiones ni estos finales, pero al menos se ha logrado una solución que respeta a los afectados y permite recuperar parte de la confianza perdida”, concluye Asaja.