El misterio de la balsa de El Frondil: piden su drenaje en busca de Trini y su bebé de 13 meses
La magistrada Ana López Pandiella, titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Gijón, evalúa autorizar el drenaje de la balsa de El Frondil, en la parroquia de Berbes (Ribadesella), para buscar posibles restos de María de la Trinidad Suardíaz, conocida como Mari Trini, y de su hija Beatriz, de 13 meses, desaparecidas en 1987.
La operación, que contaría con la colaboración de especialistas de la Unidad Militar de Emergencias (UME), se plantea tras los informes técnicos que desaconsejan la extracción directa de los vehículos hundidos en el fondo de la balsa —una antigua explotación minera de espato flúor—, ya que podrían fracturarse y complicar la búsqueda.
Una historia con huella leonesa
El caso mantiene un vínculo directo con León, donde se registró uno de los últimos pasos conocidos de Mari Trini y su esposo, Antonio María da Silva, apodado El Portugués. Ambos comparecieron en julio de 1987 ante la Audiencia de León, donde firmaron la citación judicial por una denuncia de malos tratos presentada por la joven. La vista quedó señalada para el 15 de septiembre, pero ninguno de los dos acudió. Desde entonces, no se ha vuelto a saber de ella ni de su hija.
Años después, Da Silva residió temporalmente en la provincia leonesa, donde también se centraron parte de las búsquedas. En 2016, agentes inspeccionaron un solar en Matadeón de los Oteros en el que había existido una vivienda vinculada a la familia, pero no se hallaron restos.
Sospechas y nuevas esperanzas
La desaparición de Mari Trini y su bebé ha generado múltiples hipótesis. Algunos vecinos sostienen que los vehículos de Da Silva —dos o incluso tres, según versiones— fueron arrojados a la balsa de El Frondil en los años noventa, ya sin relación directa con el caso. Otros creen que allí podrían encontrarse las pruebas definitivas para esclarecer la desaparición.
La última búsqueda oficial se realizó en 2018, cuando la Policía Nacional, a través de la UDEV de Gijón, registró la casa familiar de Berbes y su entorno, sin hallar restos humanos. Las fosas sépticas y los pozos excavados por el propio Da Silva fueron inspeccionados sin resultados.
La decisión, en manos del juzgado
La solicitud de drenaje pretende agotar las posibilidades de localizar restos en una zona de difícil acceso, anegada y de gran profundidad. Si la jueza autoriza la intervención, la UME ejecutará los trabajos bajo supervisión judicial y policial.
Mientras tanto, el caso de Mari Trini Suardíaz y su hija Beatriz continúa siendo uno de los misterios criminales más antiguos del norte de España, con ramificaciones que siguen apuntando a Asturias y León casi cuarenta años después.
