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Desde Rodillazo al mundo en defensa de la recuperación de las juntas vecinales suprimidas

Más de un centenar de representantes sociales, políticos y culturales apoyan la iniciativa para que pueblos como Rodillazo y Tabanedo recuperen su condición de entidad local menor, suprimida tras la reforma de 2013.
Imagen de la localidad de Rodillazo en la montaña leonesa.
Imagen de la localidad de Rodillazo en la montaña leonesa.

Un amplio colectivo de la sociedad leonesa —alcaldes, presidentes de juntas vecinales, asociaciones vecinales, escritores, músicos, catedráticos y hasta académicos de la Real Academia Española— ha suscrito un manifiesto que reclama la recuperación de las juntas vecinales desaparecidas en la provincia, con especial atención a las localidades de Rodillazo y Tabanedo, en la montaña central.

El documento, impulsado por la Unión del Pueblo Leonés (UPL), busca restaurar una figura de autogobierno que durante siglos gestionó los montes, pastos y bienes comunales de los pueblos leoneses. “No se trata solo de recuperar un nombre, sino de devolver a los vecinos la capacidad de decidir sobre su territorio”, señalan los promotores.

El debate llega a las Cortes de Castilla y León

La reivindicación ha dado el salto al ámbito político. En las próximas semanas, las Cortes de Castilla y León debatirán una proposición no de ley presentada por la UPL, inspirada en el caso de Rodillazo, para instar al Gobierno de España a modificar la legislación estatal que impide recrear juntas vecinales extinguidas.

El texto también reclama a la Junta de Castilla y León que desarrolle el marco normativo pendiente para las entidades locales menores, un compromiso recogido en la Ley de Régimen Local de 2013 y que aún no se ha cumplido.

Cármenes, epicentro del movimiento

El Ayuntamiento de Cármenes, encabezado por su alcalde Dionisio García González, se encuentra en el centro de la iniciativa. Sus vecinos han mostrado un apoyo unánime a la recuperación de la junta vecinal de Rodillazo y Tabanedo, y estudian la posibilidad de crear una entidad sin personalidad jurídica que, de facto, funcione como una junta vecinal.

“La gestión comunal es nuestra manera de entender la tierra y la convivencia”, afirma César Prieto Pérochon, vecino de Rodillazo y uno de los principales impulsores del manifiesto. “Relegar las juntas vecinales al pasado es condenar a León a perder su identidad más profunda”, subraya.

Una causa compartida por toda la sociedad leonesa

El documento cuenta con firmas de todos los ámbitos políticos y sociales, desde representantes municipales hasta académicos, periodistas y miembros del ámbito cultural y religioso. Todos coinciden en que las juntas vecinales son una seña de identidad del territorio leonés y un modelo de gestión sostenible del medio rural.

Aunque algunas voces críticas han calificado la iniciativa como “una causa simbólica”, los firmantes consideran que revitalizar los viejos concejos es esencial para mantener vivas las tradiciones, el sentido comunitario y la autonomía local que caracterizan a León.

La propuesta, más que una mirada al pasado, pretende ser —según sus impulsores— una apuesta de futuro para frenar la despoblación, recuperar la participación vecinal y reforzar el valor del patrimonio comunal leonés.