León se acerca a las 100.000 hectáreas calcinadas

La provincia de León se ha convertido en el epicentro de los incendios más devastadores de Europa este verano. Solo en este territorio, las llamas han arrasado casi 97.000 hectáreas, dentro del llamado triángulo de fuego que une Zamora, León y Ourense. En conjunto, Castilla y León ya suma más de 150.000 hectáreas calcinadas, una cifra que sitúa a la comunidad entre los mayores desastres forestales del continente en 2025.
En el caso de León, la cifra calculada, la mayor de toda la historia arrasada en la provincia supone que se ha perdido o deteriorado más del 6% de su territorio.
Los expertos señalan la confluencia de factores extremos: olas de calor, sequía, abandono rural y, especialmente, una “inexplicable ola de incendiarios” que ha multiplicado los focos activos y puesto al límite la capacidad de respuesta de los equipos de extinción.
Megaincendios: un desafío europeo
El avance de los llamados megaincendios demuestra que este tipo de catástrofes ya no son únicamente fenómenos naturales, sino un desafío complejo que requiere cambios urgentes en la gestión del territorio y una estrategia firme de prevención frente a los actos intencionados.
La lucha contra las llamas en León
El delegado territorial de la Junta en León, Eduardo Diego, celebró la “evolución positiva y de avance en la lucha contra la veintena de incendios existentes en la provincia de León”. Según precisó, seis de ellos siguen en nivel 2 del Índice de Gravedad Potencial (IGR), uno en nivel 1 y tres en nivel normal, mientras que once “se dan por controlados aunque haya que tener vigilancia para que no se reactiven”.
En el caso del incendio de Llamas de Cabrera, Diego aseguró que la situación “ha sido positiva” y “no hay riesgo de extensión”. Lo mismo ocurre en zonas como Peñalba de Santiago, donde los vecinos han podido regresar a sus casas, aunque bajo confinamiento preventivo.
Más complicada sigue siendo la situación en Fasgar y Anllares del Sil, este último con reproducciones en Argayo del Sil, que “sigue activo” y mantiene a la población evacuada desde hace tres días. También persisten las llamas en Gestoso, en el municipio de Oencia, donde los vecinos continúan desplazados, y en Barniedo de la Reina, junto a Picos de Europa, donde los confinamientos se han repetido.
Una catástrofe sin precedentes
Aunque algunos frentes muestran avances, la magnitud del desastre es ya histórica. La superficie quemada en Castilla y León supera con creces la de anteriores campañas, dejando tras de sí una huella ecológica y social que tardará décadas en recuperarse.
La provincia de León, con sus casi 97.000 hectáreas reducidas a cenizas, queda marcada como el mayor símbolo del verano negro de los incendios en Europa.